La reciente entrega de una botella conmemorativa de Diet Coke por parte de Coca-Cola al presidente Donald Trump, quien se prepara para asumir su segundo mandato, ha suscitado un intenso debate sobre la relación entre la empresa y el exmandatario. Este gesto parece marcar un cambio significativo en las relaciones entre Trump y la compañía, que anteriormente había criticado al expresidente y su papel en los disturbios del Capitolio del 6 de enero de 2021.
La botella de Diet Coke, que lleva en su etiqueta un dibujo de la Casa Blanca y la frase “La Inauguración del Presidente de los Estados Unidos”, se presentó en una ceremonia en la que estuvo presente el presidente de Coca-Cola, James Quincey. Este acto ha generado reacciones encontradas, ya que muchos críticos han manifestado su intención de cambiar a Pepsi, en contraste con el apoyo que Coca-Cola parece ofrecerle a Trump en esta nueva etapa.
La relación entre Trump y Coca-Cola ha sido compleja. Durante su primer mandato, el exmandatario expresó públicamente su desdén hacia la marca, llegando incluso a pedir un boicot contra la compañía tras su oposición a reformas en las leyes de votación en Georgia. En 2021, Coca-Cola se pronunció en contra de los ataques al Capitolio, calificando el asalto como “una ofensa a los ideales de la democracia estadounidense”. Sin embargo, la reciente entrega de esta botella conmemorativa ha llevado a muchos a considerar que la empresa está ahora alineándose con el nuevo gobierno de Trump, lo que ha sido interpretado como una hipocresía por sus detractores.
La carta que acompañó a la botella destaca el compromiso de Coca-Cola con la economía estadounidense, mencionando su contribución de más de 58 mil millones de dólares anuales y el apoyo a más de 860,000 empleos en el país. Este enfoque en la economía resuena con la política del nuevo gobierno, que promete priorizar el crecimiento económico y el empleo.
Este episodio ha reavivado el antiguo enfrentamiento entre Coca-Cola y Pepsi, con usuarios de las redes sociales proclamando su preferencia por la competencia. Al mismo tiempo, otras grandes corporaciones, como Amazon y Meta, han tomado decisiones que reflejan un acercamiento a la administración de Trump, lo que ha generado críticas sobre una posible falta de coherencia en sus políticas y valores.
La situación plantea interrogantes sobre el impacto de las decisiones corporativas en el ámbito político y social, especialmente en un contexto donde la desinformación y la falta de transparencia se han vuelto temas candentes. La decisión de algunas empresas de alinearse con un gobierno que ha mostrado tendencias hacia la polarización puede tener repercusiones significativas en la percepción pública y en la lealtad de los consumidores.