La inversión china en EE.UU. se desploma: el regreso de Trump apunta a más restricciones

In Economía
enero 20, 2025

Las inversiones chinas en Estados Unidos han experimentado un descenso dramático desde el inicio del primer mandato de Donald Trump. Este fenómeno, que parece ser una constante en el actual clima político, no muestra signos de recuperación a medida que Trump se prepara para asumir nuevamente la presidencia, según analistas económicos.

Trump ha amenazado con imponer aranceles adicionales sobre los productos chinos, continuando con una postura cada vez más dura del gobierno estadounidense hacia Pekín. La retórica predominante refleja un deseo de mantener a China fuera del mercado estadounidense, al tiempo que se permite la entrada de sus productos, considerados de menor calidad por algunos sectores.

En los últimos meses, se ha observado un notable contraste entre las inversiones chinas y las de otras naciones. Por ejemplo, el conglomerado inmobiliario emiratí Damac ha prometido invertir 20 mil millones de dólares en centros de datos en Estados Unidos, mientras que el CEO de SoftBank, Masayoshi Son, anunció una inversión de 100 mil millones de dólares en el desarrollo de inteligencia artificial en el país durante el mandato de Trump.

Una tendencia a la baja en las inversiones chinas

Los datos más recientes indican que las inversiones chinas en Estados Unidos han caído drásticamente, con solo 860 millones de dólares fluyendo hacia el país en la primera mitad de 2024, en comparación con 1.66 mil millones en 2023 y una asombrosa cifra de 46.86 mil millones en 2017. Esta caída se atribuye en parte a las restricciones impuestas por Beijing sobre la salida de capitales y a una serie de políticas regulatorias en Estados Unidos que buscan limitar las inversiones en ciertos sectores.

A pesar de la disminución de las grandes adquisiciones, algunas empresas chinas han comenzado a explorar asociaciones más pequeñas con compañías estadounidenses. Por ejemplo, la empresa de fabricación de baterías EVE Energy ha establecido una asociación con Cummins para desarrollar una fábrica de baterías en Mississippi, que se espera genere más de 2,000 empleos.

Desde la pandemia de Covid-19, la Cámara de Comercio EE. UU.-China ha enfocado su trabajo en ayudar a las empresas chinas de comercio electrónico a establecer oficinas locales, en lugar de crear nuevas fábricas en el país. Esto ha llevado a un cambio en el perfil de las inversiones chinas, que ahora tienden a ser más pequeñas y, por lo tanto, más fáciles de aprobar por las autoridades de ambos países.

Sin embargo, algunos estados estadounidenses han comenzado a mostrar una creciente desconfianza hacia las inversiones chinas. Más de 20 estados han implementado nuevas restricciones sobre la compra de tierras por parte de ciudadanos y empresas chinas, reflejando un clima de desconfianza que podría complicar aún más futuras inversiones.

La postura de Trump hacia las inversiones chinas es ambigua. Aunque ha declarado su intención de utilizar los aranceles como herramienta para incentivar la inversión china en Estados Unidos, las inversiones significativas son procesos a largo plazo y no ocurren de la noche a la mañana. La imprevisibilidad de sus políticas añade otra capa de incertidumbre para las empresas chinas que contemplan invertir en el país.

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