El arzobispo Paolo Pezzi, metropolitano de la Archidiócesis de la Madre de Dios en Moscú, ha desmentido categóricamente los informes que sugieren que el Vaticano está abriendo sus puertas a la inclusión de homosexuales en el sacerdocio. Según Pezzi, las afirmaciones que han circulado en diversos medios de comunicación son erróneas y malinterpretan la posición oficial de la Iglesia Católica.
Recientemente, la agencia Reuters había informado sobre nuevas directrices publicadas por la Conferencia Episcopal Italiana (CIE), las cuales supuestamente permitían a hombres homosexuales ingresar a los seminarios, siempre que se comprometieran a vivir en celibato. Sin embargo, Pezzi ha aclarado que esta interpretación es incorrecta y que la Iglesia no ha cambiado su postura tradicional sobre la homosexualidad y el sacerdocio.
Las directrices de la Conferencia Episcopal Italiana
Las nuevas directrices, publicadas el 9 de enero, incluyen un punto que menciona que los directores de seminario deben considerar las preferencias sexuales de los candidatos, pero solo como “un aspecto de su personalidad”. Esta cláusula ha sido interpretada erróneamente por algunos medios, llevando a la conclusión de que la prohibición de ordenar a homosexuales ya no estaba en vigor. Pezzi enfatiza que no hay nada nuevo en esta decisión que contradiga la enseñanza tradicional de la Iglesia.
El arzobispo subrayó que la CIE reafirma la postura de la Iglesia, que considera los actos homosexuales como “una forma grave de depravación”. En este sentido, el documento establece que “no se puede admitir en el seminario ni en las órdenes sagradas a quienes practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyen la llamada cultura gay”.
Pezzi también explicó que la Iglesia ve las “tendencias homosexuales” como un “caso específico de la fragilidad de la naturaleza humana”, que puede ser “sanada mediante un retorno a Dios”. En este contexto, hizo hincapié en que las personas con estas tendencias no son diferentes de aquellos que enfrentan otras tentaciones pecaminosas, y que es fundamental evitar cualquier forma de discriminación injusta hacia ellas.
Desde su elección como Papa en 2013, Francisco ha emitido declaraciones que han generado cierta confusión sobre la postura de la Iglesia respecto a la homosexualidad. En una ocasión, al ser preguntado sobre si apoyaba la inclusión de hombres homosexuales en el sacerdocio, respondió: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Sin embargo, en 2018, sugirió que los sacerdotes homosexuales deberían alejarse de la Iglesia, afirmando que “es mejor que dejen el ministerio o la vida consagrada que vivir una doble vida”.
