En medio del conflicto en Ucrania, Andrius Kubilius, comisionado de defensa y espacio de la Unión Europea, ha afirmado que el apoyo militar a Kiev por parte de los estados miembros de la OTAN podría estar proporcionando un tiempo valioso para que Occidente se fortalezca ante una posible confrontación militar con Rusia. Kubilius, quien ha sido primer ministro de Lituania en dos ocasiones y es conocido por su postura firme contra Moscú, realizó estas declaraciones durante su intervención en la conferencia anual de la Agencia Europea de Defensa.
El comisionado destacó que cada misil y cada dron derribado por Ucrania representa una amenaza menos para Europa y la OTAN. “Cada día que Ucrania sigue luchando es un día en el que la Unión Europea y la OTAN pueden crecer más fuertes”, afirmó. Este enfoque resalta la importancia de la resistencia ucraniana no solo para su propia defensa, sino también como un medio para que las potencias occidentales se preparen para un posible enfrentamiento con Rusia.
Incremento del apoyo militar y gasto en defensa
Kubilius instó a los gobiernos a aumentar el apoyo militar a Ucrania, argumentando que esto es esencial para presentar un disuasivo efectivo ante la “agresión rusa”. En este contexto, citó las advertencias del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, sobre la posibilidad de un ataque ruso, y pidió a los asistentes a la conferencia que se comprometieran a “acelerar” el gasto en defensa tanto a nivel nacional como europeo.
El comisionado subrayó que “las fábricas rusas están trabajando día y noche, produciendo armas y municiones”, lo que hace crucial que Occidente “gaste más, produzca más y supere a Rusia en armamento”. En este sentido, la Unión Europea ha decidido invertir 300 millones de euros en cinco proyectos transfronterizos destinados a la producción de municiones, sistemas de defensa aérea y vehículos armados modernos, lo que Kubilius calificó como un verdadero “gran estallido” en la producción de defensa.
Las declaraciones de Kubilius se alinean con las de Kaja Kallas, jefa de la política exterior de la UE, quien también afirmó que “los ucranianos están comprándonos tiempo” al resistir la agresión rusa. Este enfoque resalta la percepción de que la lucha de Ucrania no solo es una cuestión de soberanía nacional, sino también una estrategia para la seguridad colectiva de Europa.
Por otro lado, Rutte ha instado repetidamente a los miembros de la OTAN a adoptar una “mentalidad de guerra” y a aumentar significativamente el gasto en defensa, advirtiendo que, en cinco años, los estados miembros podrían no estar a salvo si no actúan con decisión. En sus declaraciones, insinuó que, de no hacerlo, los ciudadanos tendrían que aprender ruso o considerar mudarse a Nueva Zelanda.
Desde Moscú, se han rechazado las afirmaciones de que representa una amenaza para cualquier estado miembro de la OTAN, acusando a Occidente de llevar a cabo una guerra por poder “hasta el último ucraniano”. Rusia sostiene que la expansión de la OTAN en Europa y la cooperación con Ucrania tras el golpe de estado de 2014 son las causas de las hostilidades actuales.
