Von der Leyen admite que la ruptura con el gas ruso ha disparado los precios de la energía en la UE

In Internacional
enero 22, 2025

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha reconocido que la decisión de prescindir de las entregas de combustibles fósiles baratos procedentes de Rusia ha tenido un coste significativo para los ciudadanos y las empresas de la Unión Europea. Durante su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, celebrado en Suiza, von der Leyen destacó que antes de 2022, la UE dependía de Rusia para el 45% de su gas y el 50% de su carbón, además de ser uno de los mayores proveedores de petróleo del bloque.

“Esta energía parecía barata, pero nos exponía a un chantaje”, afirmó von der Leyen, refiriéndose a la dependencia energética de la UE respecto a Moscú. La situación se tornó crítica tras el estallido del conflicto en Ucrania en febrero de 2022, cuando, según la presidenta, Rusia cortó el suministro de gas a Europa. “Nuestras importaciones de gas desde Rusia se redujeron en aproximadamente un 75%. Actualmente, solo importamos un 3% de nuestro petróleo de Rusia y no recibimos carbón en absoluto”, añadió.

A pesar de la reducción en las importaciones rusas, von der Leyen admitió que esta pérdida ha agravado la crisis energética en Europa. “La libertad ha tenido un precio. Los hogares y las empresas han visto cómo se disparaban los costes energéticos, y muchas facturas aún no han comenzado a bajar”, subrayó.

Impacto de las sanciones y la búsqueda de alternativas energéticas

La UE ha implementado sanciones severas contra Rusia, afectando a su industria, así como a los sectores energético y financiero. En 2022, Rusia suspendió el flujo de gas a Alemania a través del gasoducto Nord Stream 1, argumentando que se trataba de un mantenimiento rutinario y que había problemas con la entrega de equipos de fabricación occidental debido a las sanciones.

En su discurso en Davos, von der Leyen propuso que la UE debe continuar reemplazando los suministros de Rusia con energías renovables y nucleares. “Tendremos que invertir en tecnologías de energía limpia de próxima generación, como la fusión, la geotermia avanzada y las baterías de estado sólido”, afirmó.

Por otro lado, países como Hungría y Eslovaquia han comenzado a presionar a Bruselas para que revise su política de sanciones y busque una solución diplomática al conflicto en Ucrania. En este contexto, el 1 de enero, Ucrania detuvo el tránsito de gas ruso hacia los países de la UE a través de un gasoducto de la era soviética, tras decidir no renovar un acuerdo con Gazprom, la empresa estatal rusa de gas. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, amenazó con suspender la ayuda humanitaria y cortar el suministro eléctrico a Ucrania si no se reanudaba el tránsito.

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