Dimite el primer ministro serbio tras masivas protestas por corrupción y negligencia

In Internacional
enero 28, 2025

El primer ministro serbio, Milos Vucevic, ha presentado su dimisión tras semanas de protestas masivas en el país, que han denunciado supuestos casos de corrupción y negligencia por parte del gobierno. Su renuncia se produce en un contexto de creciente descontento popular, especialmente tras el trágico colapso de un toldo de hormigón en la estación de tren de Novi Sad, que dejó un saldo de 15 muertos hace tres meses.

Las manifestaciones, que comenzaron en Novi Sad el pasado noviembre y se han extendido a la capital, Belgrado, han sido lideradas en gran parte por estudiantes. Estos han llevado a cabo bloqueos de tráfico y concentraciones diarias, exigiendo la dimisión de altos funcionarios y una investigación exhaustiva sobre el accidente en la estación de tren. Las clases en numerosas facultades y escuelas han sido canceladas debido a boicots estudiantiles, que acusan al gobierno de una gestión inadecuada y de falta de supervisión en los proyectos de infraestructura.

Dimisión y acusaciones de conspiración

En su declaración de dimisión, Vucevic afirmó que su decisión era “irrevocable” y que había optado por esta medida para desescalar las tensiones y atender “todas las demandas de los manifestantes más radicales”. También mencionó que el alcalde de Novi Sad seguiría su ejemplo y renunciaría. A pesar de su salida, Vucevic se comprometió a continuar en el cargo hasta que se elija un nuevo primer ministro, asegurando que el gobierno serbio “actuará de manera profesional y responsable” hasta que se tomen nuevas decisiones políticas.

Sin embargo, el ex primer ministro no se ha limitado a aceptar la responsabilidad de su gobierno. Ha afirmado que las protestas están siendo organizadas desde el extranjero con el objetivo de llevar a cabo un golpe de estado. “Puedo afirmar con certeza que esta es una acción deliberada, organizada desde el exterior, no tengo dudas al respecto,” declaró, añadiendo que se ha golpeado la “área más sensible de la sociedad – la educación de los niños”, con el fin de “amenazar a Serbia como estado”.

A pesar de que las protestas estudiantiles han sido en su mayoría pacíficas, ha habido episodios de violencia, como el ataque a tres manifestantes en Novi Sad. Vucevic condenó estos actos y anunció una investigación, pero sugirió que la injerencia extranjera estaba alimentando las tensiones. “No importa cuánto hayamos intentado llamar a la calma y establecer un diálogo, alguna “mano invisible” seguía creando nuevos incidentes y avivando las tensiones en la sociedad,” afirmó.

Por su parte, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, también ha acusado a la oposición de colaborar con agencias de inteligencia extranjeras para desestabilizar el país, describiendo las protestas como un intento de “revolución de colores”, un término que se utiliza para referirse a movimientos que buscan cambios políticos, a menudo percibidos como respaldados por intereses foráneos. Vucic ha señalado específicamente que una coalición de intereses occidentales, croatas y albaneses está trabajando para “destruir Serbia desde dentro”.

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