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La actriz Tilda Swinton ha asistido al Festival de Cine de Berlín para recibir el Oso de Oro Honorario, en un contexto marcado por un llamado a boicotear el evento debido a la situación en Gaza. Durante una conferencia de prensa, Swinton compartió sus reflexiones sobre la importancia de su presencia en el festival, a pesar de las tensiones políticas actuales.
Swinton, que ha sido una figura habitual en la Berlinale durante décadas, reflexionó sobre su trayectoria profesional y la influencia del director Derek Jarman en su carrera. La actriz destacó la importancia de trabajar en comunidad y citó dos consejos que Jarman le ofreció: «Sostén tu propia luz» y «prepárate para no dormir». Esta conexión con el arte colectivo se convierte en un tema recurrente en su discurso.
En su discurso de aceptación del galardón, Swinton no dudó en criticar lo que calificó como «masacre perpetrada por el Estado» que afecta a diversas partes del mundo, haciendo hincapié en la «complacencia inaceptable» de los gobiernos que se benefician de la guerra y la destrucción ambiental. Su intervención fue un llamado a la solidaridad con quienes sufren las consecuencias de los conflictos actuales.
A pesar de las presiones para boicotear el festival, Swinton argumentó que su presencia era «más útil para nuestras causas». La actriz, conocida por su apoyo a la causa palestina, subrayó que había tomado una decisión personal al asistir, considerando que el festival le ofrecía una plataforma valiosa para abordar estos temas. «Cualquier acción poderosa que podamos hacer parece una buena opción», afirmó, reconociendo que el boicot puede ser una forma válida de protesta.
El movimiento PACBI, que promueve el boicot académico y cultural a Israel, ha criticado la Berlinale por su supuesta complicidad con el gobierno alemán en relación a la situación en Gaza. En su declaración, el PACBI instó a todos los asistentes a retirarse del festival con el fin de no «lavar la cara» al estado alemán en medio de una crisis humanitaria. Este llamado se fundamenta en experiencias pasadas donde cineastas que denunciaron la violencia en Gaza enfrentaron represalias por parte de las autoridades alemanas.
El festival, por su parte, ha defendido su compromiso con la libertad de expresión, destacando que todos los invitados tienen derecho a expresar sus opiniones, incluso si estas generan controversia. En un comunicado, los organizadores afirmaron que buscan crear un entorno en el que se pueda escuchar y aprender, fomentando un diálogo respetuoso y consciente de la diversidad de perspectivas.
El Festival de Cine de Berlín se desarrollará hasta el 23 de febrero, continuando así su tradición de ser un espacio de reflexión y debate sobre el arte y la política en un contexto global. La presencia de figuras como Tilda Swinton pone de manifiesto las complejidades que enfrenta la industria cinematográfica en tiempos de crisis internacional.