
El Gobierno de coalición español enfrenta nuevamente tensiones internas, esta vez en relación con el aumento del gasto en defensa para cumplir con los requisitos establecidos por la OTAN. El Ejecutivo, liderado por Pedro Sánchez, sugiere que este incremento se financie a través de fondos europeos, con el objetivo de evitar un impacto negativo en los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, algunos de sus socios, particularmente en la izquierda, se muestran reticentes a destinar recursos adicionales a la inversión militar, argumentando que las prioridades sociales no deben verse comprometidas.
En la actualidad, España asigna aproximadamente el 1,28% de su Producto Interior Bruto (PIB) a Defensa, una cifra que se encuentra por debajo del 2% que el país se ha comprometido a alcanzar para el año 2029 como miembro de la Alianza Atlántica. Este cumplimiento implicaría un aumento del presupuesto de defensa, que actualmente ronda los 16.000 millones de euros, a más de 36.000 millones en un periodo de cinco años. El desafío radica en equilibrar las obligaciones internacionales de España con las demandas sociales que respaldan sus socios de coalición.
Incremento salarial para las Fuerzas Armadas
El Ministerio de Defensa, dirigido por Margarita Robles, está en proceso de aprobar un decreto que prevé un aumento de 400 millones de euros en las retribuciones del personal militar. Esta medida se justifica como un reconocimiento a la labor de las Fuerzas Armadas y una mejora de sus condiciones laborales. El incremento incluirá un aumento lineal de 200 euros en el complemento específico para todos los miembros, además de un incentivo mensual de 100 euros para la tropa y marinería en destino. Desde el Ministerio, se argumenta que esta decisión representa un primer paso hacia el cumplimiento de los compromisos internacionales de España y una necesidad de ofrecer una «retribución justa» a quienes participan en misiones de paz y emergencias tanto nacionales como internacionales.
Por otro lado, las formaciones políticas Sumar y Podemos han expresado su oposición al aumento del gasto militar. Verónica Martínez Barbero, portavoz de Sumar, ha afirmado que su partido no considera necesaria una mayor inversión en defensa, abogando por una mejor gestión de los recursos existentes. En su opinión, Europa debe enfocarse en la seguridad sin caer en el belicismo, defendiendo una mayor coordinación entre los países de la Unión Europea. Javier Sánchez Serna, coportavoz de Podemos, ha sido aún más claro al manifestar que su partido se opondrá a cualquier medida que implique una escalada militar, especialmente si esto conlleva recortes en áreas sociales vitales como la sanidad o la educación. Para Sánchez Serna, la pertenencia a la OTAN subordina a Europa a los intereses de Estados Unidos, alejando la posibilidad de una diplomacia efectiva para resolver conflictos, como el de Ucrania.