La evolución de las prótesis: de las manos de hierro a los avances biónicos actuales

In Ciencia y Tecnología
febrero 23, 2025

El cuerpo humano en la actualidad cuenta con numerosas partes reemplazables, desde corazones artificiales hasta pies mioeléctricos. Esta posibilidad no solo se debe a la complejidad tecnológica y a los delicados procedimientos quirúrgicos, sino también a una idea fundamental: la creencia de que los humanos pueden y deben modificar los cuerpos de los pacientes de maneras extremadamente difíciles e invasivas. Esta transformación en la percepción sobre el tratamiento de las lesiones y la pérdida de extremidades tiene sus raíces en un pasado que se remonta a varios siglos atrás.

Historia de la amputación y las prótesis

Los estudiosos consideran que la Guerra Civil Americana marcó un punto de inflexión en las técnicas de amputación y el diseño de extremidades artificiales. Durante este conflicto, las amputaciones se convirtieron en la intervención quirúrgica más común, con cerca de 60,000 realizadas en un periodo breve. Sin embargo, los cambios significativos en las prácticas relacionadas con la pérdida de extremidades comenzaron mucho antes, en Europa durante los siglos XVI y XVII. En este contexto, los cirujanos comenzaron a debatir apasionadamente sobre las técnicas quirúrgicas, influenciados por la revolución en la medicina y la llegada de la imprenta, que facilitó la difusión de conocimientos y prácticas más avanzadas.

A medida que la Europa moderna avanzaba, la amputación pasó de ser considerada un último recurso a una opción viable, y la combinación de amputaciones con el uso de extremidades artificiales comenzó a ser vista como una forma de «dar forma» al cuerpo. Este cambio de mentalidad se reflejó en el desarrollo de prótesis más sofisticadas, como las manos mecánicas de hierro, que permitieron a los amputados recuperar ciertas funcionalidades. Los cirujanos, por su parte, adoptaron un nuevo enfoque en el que la colocación de prótesis se consideraba en el momento de realizar la operación, lo que abrió la puerta a un optimismo renovado sobre las capacidades humanas a través de la tecnología.

La colaboración entre amputados y artesanos fue crucial en la evolución de las prótesis. A diferencia de los días actuales, cuando se requiere una receta médica para obtener una extremidad artificial, en el pasado, los amputados utilizaban su ingenio y recursos para crear sus propias prótesis. Las manos de hierro, que presentaban mecanismos internos que permitían el movimiento de los dedos, se convirtieron en ejemplos de cómo las limitaciones físicas podían ser superadas mediante la innovación. Este enfoque no solo ayudó a los amputados a adaptarse a sus nuevas circunstancias, sino que también fomentó un cambio en la percepción social hacia las personas con discapacidades, desafiando los estigmas que las rodeaban y promoviendo una visión más positiva sobre su capacidad para integrarse en la sociedad.

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