Más de cuatro meses después de la devastadora Dana que causó la muerte de más de 200 personas en la provincia de Valencia, la controversia en torno a las responsabilidades políticas de esta tragedia sigue generando intensos debates. La última declaración del presidente valenciano, Carlos Mazón, sobre su paradero y acciones durante los momentos más críticos del fenómeno meteorológico ha incrementado la presión sobre su figura. La oposición en la Comunidad Valenciana ha exigido su dimisión, y este fin de semana, una multitudinaria manifestación en el centro de Valencia ha clamado contra el president de la Generalitat. A pesar de ello, Mazón ha comenzado una nueva semana sin planes de dimitir.
Apoyo del PP y el creciente descontento
La situación de Mazón presenta un dilema para el Partido Popular, que, aunque le brinda apoyo incondicional, muestra signos de inquietud ante el descontento social creciente. Desde la dirección del partido, se reconoce que «el enfado es normal» tras la pérdida de tantas vidas, como señaló Juan Bravo, vicesecretario del PP, en una reciente entrevista. A pesar de las críticas y el clamor popular, la dirección del PP parece centrarse en el objetivo de la reconstrucción de Valencia, restando importancia al desgaste que esta crisis pueda ocasionar en la imagen del partido y su líder, Alberto Núñez Feijóo.
Por otro lado, los partidos de la oposición, liderados por Compromís, han solicitado de manera unánime la salida de Mazón de la Generalitat, aunque no han logrado llegar a un consenso en torno a una posible moción de censura. Compromís ha instado al Partido Socialista a unirse a ellos en esta iniciativa, solicitando incluso la cesión de diputados para poder llevarla a cabo. Sin embargo, el PSOE parece reacio a apoyar esta acción. Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en Valencia, ha apuntado a Núñez Feijóo como el responsable de poner fin a la inacción de Mazón, reclamando que es el líder del PP quien debe liberar al pueblo valenciano de esta situación crítica.
