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Los humanos malinterpretan las emociones de sus perros, según un nuevo estudio

In Sin categoría
marzo 10, 2025

La convivencia con un perro implica un delicado equilibrio de comunicación. Sin un lenguaje común entre humanos y caninos, nuestra capacidad para entendernos se basa en la lectura de las emociones de nuestras mascotas y viceversa. Este proceso puede parecer fluido: le das una golosina a tu perro, lo miras a los ojos y crees que él expresa su alegría por recibirla. Con un suave movimiento de su cola, acepta el premio y se aleja para disfrutarlo. Te sientes conectado a tu mascota.

Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Arizona ha puesto en evidencia que los humanos suelen no captar el verdadero significado de las emociones de sus perros y pueden malinterpretar sus estados emocionales. Las razones detrás de esto son diversas, incluyendo un sesgo humano que lleva a proyectar nuestras propias emociones en nuestros animales.

Investigación sobre la percepción emocional canina

En un artículo publicado en la revista Anthrozoös, titulado «Barking up the wrong tree: Human perceptions of dog emotions is influenced by extraneous factors», los investigadores Holly Molinaro y Clive Wynne describen dos experimentos que evidencian cómo los humanos interpretan incorrectamente las emociones de los perros. Su investigación revela que los humanos a menudo no comprenden adecuadamente el estado emocional de sus perros, ya que juzgan las emociones caninas en función del contexto del evento observado.

Según Molinaro, estudiante de doctorado en psicología y científica del bienestar animal, «las personas no observan lo que hace el perro, sino que se fijan en la situación que le rodea y basan su percepción emocional en eso». Wynne, profesor de psicología que estudia el comportamiento canino y el vínculo humano-perro, añade que, aunque nuestros perros intentan comunicarse con nosotros, los humanos parece que nos obstinamos en observar todo menos al propio perro.

Este malentendido se ve agravado por la tendencia humana a proyectar sus propios sentimientos en los perros. Este fenómeno de «antropomorfización» hace aún más difícil la comprensión de lo que realmente siente un perro y lo que intenta comunicar.

En los experimentos realizados, los investigadores grabaron a un perro en situaciones que consideraron positivas (que generaban alegría) o negativas (menos agradables). Las situaciones alegres incluían ofrecerle la correa o darle una golosina, mientras que las menos placenteras incluían un suave reproche o la temida aspiradora. En uno de los experimentos, mostraron estos videos a miembros del público con y sin el fondo visual. En el segundo experimento, editaron los videos para que un perro que inicialmente había sido grabado en un contexto feliz pareciera estar en una situación infeliz, y viceversa.

Los resultados mostraron que la percepción del estado de ánimo del perro por parte de las personas se basaba en todo lo que rodeaba al perro en los videos, excepto en el perro mismo. «Ves a un perro recibiendo una golosina y asumes que debe estar contento. Si ves a un perro siendo reprendido, asumes que se siente mal», explica Molinaro. «Estas suposiciones sobre cómo crees que se siente el perro no tienen nada que ver con el comportamiento o las señales emocionales del perro, lo cual es muy revelador».

Molinaro también señala que, a pesar de que humanos y perros han compartido su vida durante siglos, eso no implica que sus procesos emocionales o expresiones sean los mismos. «Siempre he encontrado que la idea de que los perros y los humanos deben tener las mismas emociones es muy sesgada y sin pruebas científicas que la respalden», dice Molinaro. «Si hay factores que afectan nuestra percepción de las emociones caninas, como científicos y dueños de mascotas, realmente tenemos que replantearnos nuestras creencias».

La clave para que los dueños de perros comprendan mejor las emociones de sus mascotas radica en reconocer que no son tan hábiles en la lectura de sus estados emocionales. «El primer paso es ser conscientes de que no somos buenos interpretando las emociones de los perros», aconseja Molinaro. «Necesitamos ser más humildes en nuestra comprensión de nuestros perros. Una vez que comenzamos desde una base de entendimiento sobre nuestros sesgos, podemos mirar a nuestros perros de una nueva manera».

Molinaro concluye que cada perro tiene una personalidad única, y por ende, sus expresiones emocionales también lo son. «Presta atención a las señales y comportamientos de tu perro. Cuando le gritas por hacer algo mal y él hace una cara de culpabilidad, ¿realmente se debe a que se siente culpable o es porque tiene miedo de que lo reprendas más? Tomar un segundo adicional para centrarse en el comportamiento de tu perro, sabiendo que debes superar un sesgo para ver la situación que le rodea en lugar de enfocarte solo en él, puede resultar clave para entender su verdadero estado emocional y así fortalecer el vínculo entre ambos».

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