La inteligencia artificial (IA) está comenzando a jugar un papel crucial en la economía global, especialmente en lo que respecta a la distribución de la riqueza y los ingresos. Según un estudio reciente publicado en la revista Heliyon, los investigadores Fang Liu y Chen Liang han analizado cómo la automatización impulsada por la IA podría exacerbar la desigualdad económica, pero también han identificado factores que podrían mitigar estas disparidades.
Impacto de la IA en la desigualdad de ingresos
Desde los años 80, la desigualdad de ingresos ha ido en aumento en diversas regiones del mundo, con un notable incremento en países como China y Estados Unidos. La investigación sugiere que la creciente automatización en la producción económica podría intensificar esta tendencia. Sin embargo, los autores también subrayan que la evolución tecnológica, en particular la IA, podría ofrecer oportunidades para el crecimiento económico y la mejora del bienestar social.
El estudio utiliza un modelo económico avanzado que integra datos de China, un país en rápido desarrollo, y examina cómo la IA afecta tanto a los ingresos laborales como a los ingresos de capital. A través de un enfoque técnico que incluye el uso de cálculo diferencial e integral, se han podido hacer proyecciones más precisas sobre el impacto de la IA en la economía.
Los hallazgos indican que, aunque la IA puede impulsar la productividad y, por ende, los salarios, la rentabilidad del capital está aumentando a un ritmo más acelerado. Esto significa que, si bien hay un crecimiento general en la economía, la riqueza tiende a concentrarse en manos de aquellos que ya poseen capital, lo que agrava la desigualdad.
Por otra parte, los investigadores destacan que tecnologías que aumentan la productividad laboral podrían ofrecer un camino hacia un crecimiento más equitativo, al mejorar simultáneamente los ingresos de trabajadores y propietarios de capital. Esta observación pone de relieve la importancia de políticas que fomenten un progreso tecnológico «neutral» en términos de distribución de recursos.
A pesar de las implicaciones preocupantes de la automatización, los autores proponen que el gobierno chino podría implementar medidas para mitigar la desigualdad resultante de los avances en IA. Estas medidas incluirían mecanismos de redistribución y políticas que equilibren incentivos al crecimiento económico con objetivos de distribución equitativa de la riqueza.
El estudio concluye que la IA, si bien tiene el potencial de impulsar la economía, también presenta retos significativos en términos de equidad social. La clave radica en cómo se gestionan y regulan estas tecnologías en el futuro.
