
El presidente argentino, Javier Milei, se enfrenta a uno de los momentos más críticos de su mandato. En el Congreso, la oposición ha logrado avanzar en la creación de una comisión investigadora para esclarecer las responsabilidades en el denominado ‘Criptogate’, un escándalo relacionado con un activo digital que ha puesto a Milei en el centro de la controversia. Mientras tanto, en las calles de Buenos Aires, se han producido enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales durante una protesta de pensionados que exigen mejoras en sus prestaciones.
Los incidentes se han intensificado, con la policía utilizando balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, quienes respondieron arrojando objetos y quemando contenedores de basura. La diputada peronista Julia Strada criticó la respuesta del gobierno, afirmando que «gas pimienta, palos y camión hidrante» son la política de Milei hacia los jubilados. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, minimizó la protesta, sugiriendo que no se trataba de pensionados, sino de «jóvenes violentos» y «barra bravas» del fútbol.
El descontento social y la crisis política
La situación se ha vuelto aún más tensa con la participación de figuras políticas que acusan al gobierno de desestabilizar la paz social. El ministro del Interior, Guillermo Francos, insinuó que los disturbios podrían ser el resultado de «movimientos políticos orientados a desestabilizar al Gobierno». En este contexto, Beatriz Bianco, una pensionada de 87 años, fue herida durante la manifestación, lo que ha generado una mayor indignación entre los ciudadanos.
El senador centrista Martín Lousteau ha señalado que los jubilados están sufriendo «el ajuste más cruel» bajo las políticas de Milei, quien ha recortado significativamente las jubilaciones y pensiones. De cada 100 pesos que se han recortado, casi 20 han provenido de estos beneficios. Este ajuste ha generado un descontento palpable entre la población, que se siente cada vez más marginada.
La imagen de Milei ha comenzado a deteriorarse, no solo por el ‘Criptogate’, sino también por su aparente indiferencia ante el desastre climático que afectó a Bahía Blanca. La incapacidad del gobierno para controlar el precio del dólar y la creación de la comisión investigadora han añadido más presión sobre su administración. La oposición, unida por el rechazo a las políticas del gobierno, ha logrado reunir los votos necesarios para avanzar en la investigación, lo que representa un golpe significativo para Milei.
La posible intervención del Congreso en el escándalo de $LIBRA ha abierto un nuevo frente de tormenta, especialmente en relación con el papel de Karina Milei, hermana del presidente, quien ha sido acusada de estar involucrada en la trama que permitió a los promotores de este activo digital apropiarse de 100 millones de dólares. La próxima semana, las comisiones de Asuntos y de Peticiones se pronunciarán sobre la pertinencia de la comisión investigadora, lo que podría obligar a Karina Milei a comparecer ante los diputados.
Por primera vez en meses, el Gobierno ha perdido la iniciativa. Javier Milei se ha visto obligado a viajar a Bahía Blanca para evaluar la situación, aunque no pudo evitar algunos insultos de los ciudadanos. A pesar de un control relativo de la inflación, el descontento social sigue creciendo, y la oposición busca despojar a Milei de sus facultades extraordinarias para tomar decisiones sin pasar por el poder legislativo.