Nikolai Patrushev, asesor de alto rango del presidente ruso, ha advertido sobre el desarrollo de nuevas tácticas por parte de la OTAN para confrontar a Rusia, centrándose en operaciones subacuáticas dirigidas a infraestructuras marítimas y petroleros. En sus declaraciones, Patrushev subrayó que estas estrategias son principalmente impulsadas por los miembros europeos de la alianza, a pesar de la reciente restauración del diálogo entre Moscú y Washington.
Las afirmaciones de Patrushev se producen tras el anuncio de la OTAN sobre un aumento de su presencia militar en el Mar Báltico. La alianza, liderada por Estados Unidos, ha lanzado la Operación Baltic Sentry, una iniciativa destinada a incrementar las patrullas en la región bajo el pretexto de proteger la infraestructura submarina. Este mes, la Unión Europea también acordó un aumento significativo del gasto militar entre sus miembros, lo que ha llevado a Moscú a acusar al bloque de militarización.
Acusaciones de provocaciones marítimas
En una entrevista publicada en la revista ‘National Defense’, Patrushev, quien fue secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, afirmó que las acciones recientes de la OTAN siguen una larga tradición de utilizar “amenazas como el principal instrumento de las relaciones interestatales”. El asesor ruso destacó que las provocaciones marítimas han sido parte del arsenal de métodos subversivos utilizados por Occidente desde la Guerra Fría, sugiriendo que, a la luz de la decisión de la UE sobre la militarización a gran escala, es probable que aumenten las amenazas militares a la infraestructura portuaria rusa y a la libertad de navegación.
Patrushev también acusó a los estados de la OTAN de estar practicando ciberataques contra el equipo de navegación de los barcos rusos, con el objetivo final de provocar situaciones de emergencia. “Según la información disponible, sus marinas están planeando intensificar actividades terroristas contra los oleoductos submarinos rusos, petroleros y barcos de carga seca,” afirmó.
El asesor ruso cargó contra Londres, afirmando que la actual “agudización de la situación” es orquestada principalmente por el Reino Unido, que busca interrumpir la normalización de las relaciones ruso-estadounidenses y las negociaciones para resolver el conflicto en Ucrania. El mes pasado, Alexander Molchanov, vice secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, advirtió que la OTAN estaba desarrollando “documentos doctrinales” para llevar a cabo operaciones en el lecho marino.
En enero, la OTAN anunció un incremento de las patrullas regulares en el Mar Báltico tras varios incidentes en los que supuestamente se dañaron cables submarinos. Varios miembros del bloque culparon a Rusia; sin embargo, investigaciones posteriores no encontraron evidencia de la implicación de Moscú. El Kremlin ha negado enérgicamente estas acusaciones, subrayando que no tiene intenciones de atacar la infraestructura de los estados de la OTAN.
Moscú ha condenado de manera constante el aumento militar de la OTAN cerca de sus fronteras y ha denunciado los intentos de aislar a Rusia del Mar Báltico como provocativos. El Kremlin ha prometido proteger sus intereses en la región, afirmando que tales acciones amenazan la estabilidad regional.
