Ulta Beauty, la conocida cadena de productos de belleza, ha emitido recientemente pronósticos poco optimistas para el año venidero, en medio de una serie de desafíos internos, creciente competencia y lo que han calificado como «incertidumbre del consumidor». Esta situación es un fiel reflejo de cómo, en el ámbito del comercio minorista, factores externos e internos pueden influir en la estabilidad y el crecimiento de una empresa.
La compañía, que nombró a Kecia Steelman como nueva directora ejecutiva en enero, espera que las ventas comparables se mantengan planas o crezcan un 1% en 2025, una cifra que se sitúa por debajo de las expectativas del mercado, que anticipaban un aumento del 1.2%, según datos de StreetAccount. Además, se prevé que las ganancias del año completo se sitúen entre $22.50 y $22.90, inferior a las previsiones de $23.47 que habían estimado analistas de LSEG.
Ulta se suma así a la lista de empresas que pronostican un año complicado por delante. A pesar de que la compañía ha considerado el gasto incierto de los consumidores en su guía, también enfrenta una serie de retos específicos que han llevado a la dirección a calificar 2025 como un año de transición. Arreglar estos problemas, como es de esperar, requerirá inversiones significativas, lo que explica la reducción de expectativas de beneficios para el próximo año.
Steelman, durante una llamada con analistas, subrayó la importancia de realizar inversiones enfocadas en el cliente para mejorar la competitividad y reactivar el crecimiento a largo plazo de la empresa. Aunque estas inversiones presionarán la rentabilidad en 2025, la dirección considera que son cruciales para garantizar un crecimiento sostenible en un sector que se caracteriza por su dinamismo e innovación.
Resultados y Desafíos Internos
En su cuarto trimestre fiscal, Ulta superó las expectativas en términos de ganancias por acción, reportando $8.46 frente a los $7.12 esperados, y logrando ingresos de $3.49 mil millones, ligeramente por encima de los $3.46 mil millones anticipados. Sin embargo, la compañía vio una caída en las ventas, que se situaron en $3.49 mil millones, un descenso del 2% respecto al año anterior, lo que denota un entorno de ventas complejo, similar al que enfrentan muchas empresas en la actualidad.
Ulta ha enfrentado dificultades autoinfligidas que han complicado su negocio, especialmente en la implementación de nuevas opciones de cumplimiento, como la compra en línea y recogida en tienda, entrega el mismo día y envío desde la tienda. Estas complicaciones han afectado la presentación en tienda y la experiencia del cliente, lo que Steelman ha señalado como oportunidades que están bajo su control y que deben ser abordadas con celeridad.
La reciente sustitución de Dave Kimbell por Kecia Steelman, quien ha estado en la compañía durante más de una década, se percibe como un intento de reinvención y estabilización en un entorno de creciente competencia. Durante su primera llamada de ganancias como CEO, Steelman fue franca sobre los desafíos y las oportunidades que enfrenta Ulta, destacando la necesidad de recuperar la cuota de mercado perdida en un entorno cada vez más competitivo.
En el último trimestre de vacaciones, las ventas comparables crecieron un 1.5%, superando las expectativas de un 0.8%. Sin embargo, el número de transacciones disminuyó en un 1.4%, lo que sugiere que, aunque los clientes están dispuestos a gastar más, la afluencia a las tiendas está disminuyendo, un fenómeno que también puede atribuirse a la competencia de gigantes como Sephora, Macy’s, Walmart y Amazon, que han hecho de la belleza un pilar estratégico en sus operaciones.
Ulta ha advertido sobre un enfriamiento en el mercado de la belleza, un fenómeno que han experimentado también otras compañías. Sin embargo, a pesar de estos retos, Ulta logró aumentar sus ganancias en el último trimestre, lo que sugiere que, con las decisiones adecuadas, es posible navegar en aguas turbulentas y encontrar oportunidades en medio de la adversidad.
