Los astronautas de la NASA, Suni Williams y Butch Wilmore, llegaron a la Estación Espacial Internacional (EEI) en junio con la expectativa de permanecer allí durante ocho días. Sin embargo, su misión se extendió a 286 días, y finalmente comenzaron su viaje de regreso a la Tierra a bordo de una cápsula de SpaceX el martes por la mañana, acompañados por el astronauta Nick Hague y el cosmonauta ruso Aleksandr Gorbunov. El grupo realizó un amerizaje exitoso frente a la costa de Florida poco antes de las 6 p.m. hora del Este. Los equipos de rescate llegaron para recuperar a los astronautas alrededor de las 6:30 p.m., utilizándolos camillas médicas, un procedimiento estándar para todos los astronautas que regresan de misiones espaciales, aunque no se debió a problemas de salud causados por su estancia en el espacio.
Impacto en el cuerpo del astronauta
Durante décadas, el programa de investigación humana de la NASA ha estudiado los efectos de la microgravedad en el cuerpo humano. Uno de los principales desafíos que enfrentan los astronautas es cómo los fluidos corporales se desplazan hacia arriba en ausencia de gravedad, lo que puede causar hinchazón facial, congestión de los senos nasales y debilidad en las piernas. Además, la falta de gravedad provoca síntomas similares a la osteoporosis, donde los huesos pierden entre el 1% y el 1.5% de su densidad mineral cada mes, aumentando el riesgo de fracturas y pérdida de masa muscular. Para contrarrestar estos efectos, los astronautas en la EEI siguen rigurosas rutinas de ejercicio de dos horas diarias.
Los efectos del espacio no son únicamente físicos. Astronautas como Frank Rubio, quien ostenta el récord estadounidense de permanencia en el espacio con 371 días, han reportado dificultades relacionadas con la salud mental, incluyendo desorientación y problemas para completar tareas sencillas. La adaptación a la gravedad terrestre tras un periodo prolongado en el espacio es un proceso que puede llevar semanas o meses, y puede incluir sensaciones de mareo y molestias físicas, como la suavidad excesiva de las plantas de los pies. A pesar de estos desafíos, tanto Williams como Wilmore se han mostrado optimistas respecto a su estado de salud tras el regreso, afirmando que se han mantenido en forma durante su estancia en la EEI y están listos para afrontar la gravedad de la Tierra.
