El gobierno interino de Bangladesh, liderado por Muhammad Yunus, ha respondido a las declaraciones de Tulsi Gabbard, Directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, quien se pronunció sobre la supuesta persecución de comunidades minoritarias en el país. Durante una reciente visita a Nueva Delhi, Gabbard afirmó que la “persecución, asesinato y abuso de minorías religiosas” en Bangladesh, que incluye a hindúes, budistas y cristianos, es “una gran preocupación” para la administración del presidente Donald Trump.
En un comunicado publicado en Facebook, la oficina de Yunus sugirió que las afirmaciones de Gabbard carecen de “evidencia o alegaciones específicas” y que “pintan a toda una nación con un pincel amplio e injustificado”. El texto subrayó que estas declaraciones son “engañosas y dañinas” para la imagen y reputación de Bangladesh, un país que históricamente ha practicado un Islam inclusivo y pacífico, y que ha logrado avances significativos en la lucha contra el extremismo y el terrorismo.
Reacción del gobierno interino
El comunicado también instó a las figuras públicas a realizar declaraciones informadas, especialmente sobre temas sensibles, y a evitar perpetuar estereotipos dañinos que podrían avivar temores y tensiones sectarias. Aunque el gobierno de Yunus reconoció que Bangladesh enfrenta desafíos relacionados con el extremismo, enfatizó que ha estado trabajando con la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, para abordar estos problemas mediante reformas sociales y esfuerzos de contra-terrorismo.
Gabbard había insinuado que la “amenaza del terrorismo islámico” en Bangladesh se deriva de una “ideología que busca establecer un califato islámico”. Sin embargo, el gobierno de Dhaka contrarrestó esta afirmación, argumentando que vincular al país con la idea de un “califato islámico” socava los esfuerzos de los bangladesíes y sus socios internacionales por promover la paz, la estabilidad y el progreso.
La persecución de minorías, incluidos los hindúes, ha sido un tema recurrente en el discurso político de Nueva Delhi desde el cambio de régimen en Bangladesh el pasado agosto. La entonces primera ministra Sheikh Hasina fue forzada a dimitir tras semanas de protestas mortales y se refugió en India. En este contexto, la administración interina de Yunus ha estado buscando la extradición de Hasina a Dhaka, ya que ella y miembros de su gobierno enfrentan cargos que incluyen “crímenes de lesa humanidad”. A pesar de esto, Yunus ha declarado que su administración está intentando superar los problemas con Nueva Delhi.
