El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado la adjudicación a Boeing del contrato para la construcción del nuevo caza de sexta generación de la Fuerza Aérea estadounidense, denominado F-47. En una declaración realizada en la Oficina Oval, Trump destacó que este avión es “algo que nadie ha visto antes” y que representa un avance significativo en la tecnología militar.
Durante su intervención, el presidente subrayó que el F-47 ha estado en desarrollo “durante un largo periodo de tiempo” y que se convertirá en “el avión más letal jamás construido”. Este programa, anteriormente conocido como Next Generation Air Dominance (NGAD), ya había visto volar un prototipo a gran escala durante el primer mandato de Trump.
Características del F-47
Trump describió el F-47 como un caza que “vuela con drones”, enfatizando su capacidad para operar en conjunto con múltiples vehículos no tripulados. “No vuela solo. Vuela con muchos drones, tantos como desees, y eso es algo que ningún otro avión puede hacer”, afirmó el presidente.
La decisión de adjudicar el contrato a Boeing se produjo tras una intensa competencia con otras empresas aeroespaciales estadounidenses, siendo Lockheed Martin la principal competidora. Tras el anuncio, las acciones de Boeing experimentaron un aumento del 5%, mientras que las de Lockheed cayeron casi un 7%. El F-47 está destinado a reemplazar al F-22 Raptor, un caza tripulado que fue diseñado para entrar en combate junto a drones y que es producido por Lockheed.
Trump también mencionó que se ha realizado un pedido significativo de F-47, aunque no reveló detalles sobre el precio. Este anuncio se produce en un contexto en el que Lockheed Martin ha enfrentado dificultades, siendo recientemente excluida de la competencia para desarrollar el próximo caza de combate basado en portaaviones de la Marina de EE. UU., debido a la insatisfacción del Pentágono con los retrasos en la modernización de sus F-35.
A pesar de la buena noticia para Boeing, la compañía ha estado bajo el escrutinio público en los últimos años debido a fallos en sus aeronaves, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la seguridad y ha llevado a investigaciones. Sus proyectos de defensa y espacio han enfrentado repetidos sobrecostos y retrasos, además de una prolongada huelga de trabajadores por aumentos salariales insuficientes.
En un giro irónico, Trump había criticado a Boeing por los sobrecostos y los retrasos en la producción del nuevo Air Force One, señalando: “Estamos recibiendo un nuevo Air Force One, si es que Boeing puede terminarlo algún día”.
