
Las tensiones entre Estados Unidos y Dinamarca han aumentado tras las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la posibilidad de anexionar Groenlandia. El ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, ha calificado estas afirmaciones como inapropiadas y como un factor que está “escalando tensiones” entre ambos países, que son aliados cercanos.
Trump, en una rueda de prensa, afirmó que “necesitamos Groenlandia, y el mundo necesita que tengamos Groenlandia, incluyendo a Dinamarca”. El presidente justificó su interés en la isla, argumentando que su control es esencial para la defensa de una gran parte del planeta, no solo de Estados Unidos. “Tenemos que tener la tierra porque no es posible defender adecuadamente una gran sección de esta Tierra sin ella”, añadió.
Reacciones en Dinamarca y Groenlandia
Las declaraciones de Trump han provocado una fuerte reacción en Dinamarca. El ministro Poulsen criticó la retórica del presidente estadounidense, considerándola como un “amenaza oculta” hacia Dinamarca y su territorio semiautónomo. “Están yendo demasiado lejos, tanto en interferir en los asuntos internos de Groenlandia como en mostrar una falta de respeto por el derecho de su pueblo a decidir su futuro”, afirmó.
La visita de una delegación estadounidense de alto nivel a Groenlandia, encabezada por Usha Vance, esposa del vicepresidente JD Vance, ha sido vista como una provocación. Mute Egede, el líder interino del gobierno groenlandés, se negó a reunirse con la delegación, mientras que la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, también condenó el viaje, acusando a Estados Unidos de ejercer “presión inaceptable”.
Frederiksen declaró: “Es presión inaceptable que se está ejerciendo sobre Groenlandia y Dinamarca en esta situación. Y es una presión que vamos a resistir”. Esta situación se produce en un contexto donde un movimiento pro-independencia en Groenlandia ha cobrado fuerza. Un sondeo reciente reveló que el 85% de los groenlandeses se opone a cualquier incorporación a Estados Unidos, mientras que solo un 6% la apoya.
El clima de tensión entre Estados Unidos y Dinamarca pone de manifiesto las complejas relaciones internacionales y la importancia de respetar la autodeterminación de los pueblos, especialmente en territorios con una historia colonial como Groenlandia.