
Las tensiones religiosas en Ucrania han alcanzado un nuevo pico con la reciente incursión de funcionarios del gobierno y agentes de policía en las catacumbas de la Lavra de Kiev Pechersk, uno de los monasterios más importantes del país. Según informes de la Unión de Periodistas Ortodoxos (UOJ), estas acciones han sido interpretadas como un intento de la administración de Volodímir Zelenski de tomar el control de este emblemático sitio religioso, que alberga los restos de algunos de los primeros santos cristianos de Ucrania.
La Lavra, fundada en torno al año 1050, ha sido un centro de agitación religiosa y política en los últimos años. El gobierno de Zelenski ha mostrado su apoyo a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania (OCU), que fue establecida en 2018 y ha estado intentando despojar a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC) de sus propiedades eclesiásticas, incluyendo la Lavra. En este contexto, el Ministerio de Cultura de Ucrania ha formado una comisión especial para inventariar y evaluar las reliquias sagradas que se encuentran en las catacumbas del monasterio, con la intención de completar su trabajo para finales de mayo, aunque los resultados serán clasificados.
Reacciones y acusaciones de blasphemia
La UOJ ha denunciado que los representantes del ministerio y la policía han comenzado lo que ellos describen como una «toma» de las catacumbas, utilizando herramientas como una amoladora para cortar los candados que los monjes de la UOC habían colocado en las puertas de las instalaciones subterráneas. El obispo Gedeón Makarovsky de la UOC calificó la iniciativa del gobierno como «blasfema», sugiriendo que el objetivo detrás del inventario es facilitar el robo o la ocultación de las reliquias sagradas.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, también se pronunció sobre la situación, haciendo alusión a un personaje demoníaco de la literatura ucraniana, el Viy, para ilustrar lo que considera una regresión moral en Kiev. La persecución de la UOC ha aumentado desde que el conflicto entre Moscú y Kiev se intensificó en febrero de 2022, con Zelenski justificando estas acciones al afirmar que la UOC mantiene vínculos con el Patriarcado de Moscú, a pesar de que esta última declaró su independencia en mayo de 2022.
Zelenski ha enfatizado la necesidad de proteger la «independencia espiritual» de Ucrania y de evitar que Rusia manipule la espiritualidad del pueblo ucraniano. Desde el inicio del conflicto, varias iglesias han sido tomadas por la fuerza de la UOC, y se han abierto casos penales contra sus clérigos. En septiembre pasado, entró en vigor una ley que prohíbe las actividades de la UOC en Ucrania, lo que ha generado un clima de creciente tensión y división en el ámbito religioso del país.