
El Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que se autoproclama legítimo representante del pueblo birmano, ha declarado una tregua de dos semanas en las áreas afectadas por el devastador terremoto de magnitud 7,7 que ha dejado al menos 1.644 muertos. Esta decisión, anunciada el pasado sábado, tiene como objetivo facilitar las labores de rescate en las zonas devastadas por el seísmo.
En un comunicado, el NUG explicó que el cese de hostilidades busca «facilitar las tareas de rescate de las personas atrapadas en los escombros y en los edificios derruidos». Sin embargo, el NUG ha advertido que se reserva el derecho de utilizar la fuerza en caso de ser atacados por la junta militar, que controla el gobierno de facto en el país.
El NUG, que opera principalmente en las zonas periféricas de Birmania, ha indicado que el terremoto, que tuvo lugar en la zona central del país, ha causado daños severos en regiones como Sagaing, Mandalay, Bago, Naipyidó y en el sur del estado Shan. En respuesta a la crisis, el NUG ha manifestado su intención de colaborar con agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales para garantizar la seguridad y establecer campamentos médicos y de rescate en los territorios que controla.
Asistencia humanitaria y condiciones de seguridad
El NUG ha anunciado que destinará un millón de dólares para asistir en los rescates de emergencia y operaciones médicas a lo largo del país, especialmente en las áreas bajo su administración. Además, han señalado que sus equipos sanitarios y grupos afines del Movimiento de Desobediencia Civil estarán dispuestos a ofrecer ayuda en zonas controladas por la junta militar, siempre que se cumplan las condiciones mínimas de seguridad.
Sin embargo, el contexto es complejo. El NUG ha denunciado que las fuerzas de la junta militar han continuado bombardeando objetivos rebeldes, incluso en las áreas afectadas por el terremoto, lo que complica aún más las labores de rescate y asistencia humanitaria. Las tensiones entre el NUG y la junta militar se han intensificado desde el golpe de Estado de 2021, que llevó a la formación del NUG y a la creación de las Fuerzas de Defensa del Pueblo, en respuesta a la represión de las protestas contra el régimen.
A pesar de los avances territoriales logrados por el NUG y las guerrillas étnicas, la junta militar sigue dominando los ataques aéreos, gracias a su acceso a aviones de fabricación china y rusa. El terremoto, que ocurrió a las 12:50 hora local (6:20 GMT) en la región de Sagaing, ha causado la destrucción de más de 2.600 edificios, dejando a los equipos de rescate trabajando con escasos recursos en la búsqueda de supervivientes entre los escombros.
La junta militar ha elevado el balance de víctimas a 1.644 muertos, 3.408 heridos y 139 desaparecidos, lo que ha motivado la movilización de agencias de la ONU y organizaciones internacionales para prestar ayuda a los afectados por esta tragedia.