La situación en Sudán del Sur se encuentra en un estado de creciente inestabilidad, lo que ha llevado al Reino Unido a emitir una advertencia para que sus ciudadanos abandonen el país. La Oficina de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido (FCDO) ha actualizado su aviso de viaje, señalando que la seguridad en esta nación del este de África podría deteriorarse de manera «rápida e impredecible».
En su comunicado, la FCDO instó a los británicos que se encuentren en Sudán del Sur a que «si juzgan que es seguro hacerlo, deben abandonar el país de inmediato». La advertencia se produce en un contexto de tensiones crecientes entre el presidente Salva Kiir Mayardit y su vicepresidente Riek Machar, tensiones que han resurgido tras un ataque a un helicóptero de la ONU que intentaba evacuar a soldados sudaneses en el estado del Alto Nilo.
Despliegue de medidas internacionales
La embajada británica en Juba, la capital de Sudán del Sur, ha reducido temporalmente su personal y ha suspendido los servicios consulares presenciales debido a las amenazas a la seguridad. Estados Unidos ha tomado medidas similares, ordenando la salida de ciudadanos no esenciales, incluidos los funcionarios gubernamentales. Alemania y Noruega también han cerrado temporalmente sus embajadas en el país, con Berlín advirtiendo que Sudán del Sur se encuentra «una vez más al borde de la guerra civil».
Desde su independencia de Sudán en 2011, Sudán del Sur ha sufrido una inestabilidad crónica, marcada por un conflicto civil que estalló en 2013 debido a disputas internas entre Kiir y Machar. La situación se ha agravado recientemente con la entrada de vehículos armados en la residencia de Machar, donde se desarmaron a sus guardaespaldas y se emitió una orden de arresto contra él por cargos poco claros. Este incidente ha llevado a que Machar sea colocado bajo arresto domiciliario, lo que, según su partido, ha hecho colapsar el acuerdo de paz de 2018 que puso fin a la guerra civil de 2013.
La ONU ha expresado su preocupación, advirtiendo que la detención de Machar «acerca al país un paso más hacia el colapso en una guerra civil y la desmantelación del acuerdo de paz». La situación actual no solo representa un riesgo para la estabilidad de Sudán del Sur, sino que también podría tener repercusiones en la región, dado el contexto de conflictos interétnicos y luchas por el poder que han caracterizado la historia reciente del país.
