
La Casa Blanca ha desestimado las acusaciones en torno a lo que se ha denominado “Signalgate”, calificándolo como una campaña de desprestigio. Este escándalo se centra en un error cometido por el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, quien accidentalmente incluyó a un periodista en una conversación confidencial sobre ataques militares en Yemen. Según fuentes anónimas citadas por Politico, el vicepresidente J.D. Vance y otros altos funcionarios sugirieron de manera “suave” al presidente Donald Trump que considerara despedir a Waltz durante una reunión privada.
En esta reunión, celebrada el miércoles por la noche, Vance, la jefa de personal Susie Wiles y el jefe de personal de recursos humanos, Sergio Gor, aconsejaron a Trump que podría ser el momento adecuado para prescindir de Waltz. Aunque el presidente reconoció que Waltz había cometido un error, finalmente decidió no proceder con su despido. Según Politico, la administración no quería dar una victoria a los medios liberales y a los demócratas, quienes han criticado la gestión de Waltz.
El incidente, que fue reportado inicialmente por The Atlantic, reveló que Waltz había invitado inadvertidamente al editor jefe de la publicación, Jeffrey Goldberg, a un chat confidencial de Signal donde se discutían próximos ataques a los militantes hutíes en Yemen. Waltz asumió “toda la responsabilidad” por el incidente, calificándolo de “embarazoso” en una entrevista con Fox News, y atribuyó la inclusión del periodista a un “fallo técnico”.
El presidente Trump ha minimizado la controversia, desestimando la respuesta mediática como una “caza de brujas” y cuestionando la fiabilidad de la aplicación Signal. Además, enfatizó que no se comprometió ninguna información clasificada y alabó la operación militar como “increíblemente exitosa”. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reiteró la confianza del presidente en su equipo de seguridad nacional, incluyendo a Waltz.
Por su parte, Vance ha respaldado públicamente la decisión de Trump. El viernes, llevó a Waltz en un viaje de alto perfil a Groenlandia, donde desestimó las especulaciones de los medios y defendió al equipo de seguridad nacional. “Si piensas que vas a forzar al presidente de los Estados Unidos a despedir a alguien, tienes otra cosa viniendo”, afirmó Vance a los periodistas.
A pesar de la defensa de la administración, Politico ha señalado que la posición de Waltz sigue siendo precaria. Un aliado de Trump sugirió que, aunque por ahora se mantendrán a su lado, es probable que sea despedido en unas semanas. Otras fuentes anónimas han descrito tensiones personales y políticas de larga data, alegando que Waltz ha alienado a colegas al actuar más como un principal que como un miembro del personal.
Un portavoz de Waltz, Brian Hughes, ha rechazado esta narrativa, calificando los informes de “chismes de personas que carecen de la integridad para adjuntar sus nombres”. Hughes enfatizó que Waltz “sirve a placer del presidente Trump” y continúa contando con su apoyo.