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¿La cultura gamer alimenta la radicalización incel? Un análisis en torno a «Adolescence»[embed]https://www.youtube.com/watch?v=Wk5OxqtpBR4[/embed]

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abril 04, 2025

La serie de Netflix «Adolescencia» ha suscitado un intenso debate sobre la masculinidad, la violencia masculina y la influencia de contenidos de la «manosfera» en los jóvenes. La manosfera se refiere a un conjunto de grupos de derechos de hombres y misóginos que se entrelazan a través de sitios web, blogs y foros que promueven la masculinidad, la misoginia y la oposición al feminismo.

El interés por el programa ha llegado al punto de ser discutido en el Parlamento del Reino Unido. Sin embargo, en estas conversaciones se ha pasado por alto un aspecto crucial: cómo los videojuegos y los influencers vinculados a ellos también contribuyen a la difusión de ideologías misóginas y, en última instancia, a la radicalización de jóvenes varones.

Si bien comúnmente se asocia el gaming con hombres jóvenes, diversas investigaciones han mostrado que el número de jugadoras ha ido en aumento en los últimos años. No obstante, el estudio también señala que los jóvenes varones pasan más tiempo jugando videojuegos.

Existen numerosos estudios que analizan cómo se representan el género, la sexualidad y las identidades interconectadas en los videojuegos. Gran parte de esta investigación resalta las problemáticas (aunque complejas) sobre cómo tales identidades son retratadas. Muchos videojuegos dependen de representaciones estereotipadas de género, donde los hombres «exitosos» son retratados como fuertes, adinerados, agresivos y heterosexuales, mientras que las mujeres son presentadas como sexualizadas o en roles de apoyo.

Esta forma de discriminación está presente en las filosofías subyacentes de la manosfera, donde la misoginia y el supremacismo masculino son factores centrales.

Los incels, mencionados específicamente en «Adolescencia», son solo uno de los grupos de la manosfera, aunque son los más notorios debido a la asociación de los incels misóginos con la violencia. Los incels (que significa «celibato involuntario») se ven a sí mismos como fracasados en la obtención de relaciones sexuales y románticas con las personas que desean. Es importante destacar que consideran que su falta de parejas románticas o sexuales está fuera de su control.

Sus ideologías se basan en la creencia de que las mujeres son genéticamente inferiores, manipuladoras y poco inteligentes. A las mujeres se les critica por tener relaciones sexuales al mismo tiempo que se les exige que se las provea de sexo, y los hombres son evaluados según el grado en que demuestran su «masculinidad».

Existen fijaciones en roles de género rígidos, así como jerarquías percibidas basadas en la raza y el género. En los espacios online de los incels, cualquier desviación de la estricta dicotomía de género es vilipendiada, entrelazando la misoginia, la transfobia y la homofobia, entre otros prejuicios. Muchos de estos prejuicios resuenan con las mismas ideologías sostenidas por la llamada «alt-right», y algunas investigaciones previas han identificado un vínculo entre la manosfera y la alt-right.

Radicalización a través de algoritmos

Los mecanismos exactos a través de los cuales los jóvenes impresionables son «reclutados» para unirse a comunidades incel son en parte desconocidos. La forma en que las personas se unen a estas comunidades es más compleja que simplemente aceptar una invitación en redes sociales o prometer resolver todos sus problemas. Sin embargo, se ha explorado cómo la exposición repetida de hombres y niños a redes sociales que perpetúan la ideología incel puede normalizar tales visiones del mundo.

La investigación sobre incels ha demostrado que pasar largos períodos en redes sociales y sitios de videojuegos expone a los hombres jóvenes y a los niños a contenido incel. Un tiempo excesivo jugando videojuegos, junto con la falta de una vida social y una interacción limitada con mujeres, son razones que los hombres han señalado para identificarse como incels.

Si bien jugar puede ser un pasatiempo saludable y no todos los jugadores deben ser equiparados con incels, la cantidad de representaciones problemáticas dentro de los medios crea una base desde la cual las ideologías de la manosfera pueden resonar y convertirse en un punto de entrada hacia ideologías más severas y misóginas. Muchos incels hallan consuelo en la escapatoria que ofrecen los videojuegos y los entornos online, donde los prejuicios tienen menos probabilidades de ser desafiados.

Las plataformas como TikTok, X e Instagram, que priorizan el engagement y el beneficio económico sobre la calidad del contenido, la diversidad y la inclusión, contribuyen a la difusión de ideologías incel. El contenido misógino genera reacciones fuertes y discusiones controvertidas, lo que tiende a atraer más «me gusta», comparticiones y comentarios, aumentando así las probabilidades de que estos contenidos sean recomendados y circulados por los algoritmos, independientemente de los daños que puedan causar.

Los streamers de videojuegos que propagan visiones de extrema derecha a menudo utilizan plataformas de streaming como Rumble y redes sociales como X para difundir el odio basado en género. Aunque algunos pueden no identificarse como incels o no instar explícitamente a sus seguidores a unirse a comunidades incel, sus puntos de vista están alineados con las ideologías incel.

El aumento de conductas asociadas con la radicalización incel no ocurre de manera aislada. Tanto los entornos offline como los digitales (incluidos los videojuegos), que normalizan la misoginia y los prejuicios interconectados, llevan a las sociedades a validar la ira de los jóvenes impresionables hacia las mujeres. Un modo en que se valida esta misoginia es a través de patrones repetidos de representación y discusiones que posicionan a las mujeres como inferiores a los hombres.

Como sociedad, tenemos la responsabilidad de abordar la misoginia y los prejuicios interseccionales dondequiera que los veamos. La enseñanza sobre la misoginia en las escuelas es un paso bienvenido, pero también se necesita más apoyo de instituciones sociales más amplias para desarrollar intervenciones que prevengan la radicalización incel. Es fundamental aprender más acerca de los mecanismos específicos por los cuales los jóvenes y personas impresionables son influenciados para unirse a espacios incel, incluyendo qué streamers e influencers siguen y cómo se desarrollan políticas gubernamentales informadas por investigaciones sobre violencia de género para abordar la radicalización incel como un problema de género.

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.