
El regreso triunfal del primer vuelo tripulado alrededor de los polos de la Tierra
Un emprendedor de criptomonedas y tres aventureros regresaron a la Tierra a bordo de una cápsula Crew Dragon de SpaceX, realizando un amerizaje exitoso en el Océano Pacífico, frente a la costa del sur de California. Este evento marcó el cierre del primer vuelo tripulado que circunnavegó los polos de nuestro planeta. Tres días y medio después de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy, y tras 55 sobrevuelo sobre los polos Norte y Sur, la Crew Dragon «Resilience» activó sus cohetes de frenado a las 11:26 a.m. EDT y se adentró en la atmósfera aproximadamente 25 minutos después.
Durante el descenso, la cápsula soportó temperaturas en su escudo térmico que alcanzaron los 1,927 grados Celsius. La nave se desaceleró rápidamente, desplegando cuatro grandes paracaídas de color rojo y blanco y aterrizando suavemente a una velocidad controlada de 26 kilómetros por hora a las 12:19 p.m. Los equipos de recuperación de SpaceX se acercaron rápidamente a la cápsula, que flotaba suavemente en el océano, y la prepararon para ser levantada a bordo del barco de recuperación Shannon.
En una prueba sin precedentes, los miembros de la tripulación salieron de la cápsula por su propia cuenta, demostrando la capacidad de evacuar la Crew Dragon sin asistencia. A diferencia de las tripulaciones que regresan de vuelos prolongados a la Estación Espacial Internacional, que son extraídas de sus cápsulas, el comandante de la misión, Chun Wang, junto a sus tres compañeros, pudieron levantar su equipo de emergencia y salir por la escotilla. Aunque se movían con cierta cautela después de tres días y medio en ingravidez, todos mostraron sonrisas al ser recibidos por el personal de apoyo, siendo conducidos al barco de recuperación para realizarse chequeos médicos iniciales.
Chun, un ciudadano nacido en China y residente en Malta, se ha convertido en un apasionado viajero polar, habiendo conocido a sus compañeros de tripulación en Svalbard, un archipiélago noruego en el océano Ártico. A lo largo de la misión, los miembros de la tripulación compartieron su experiencia, destacando que el objetivo del vuelo no solo era llevarlos al espacio, sino también contribuir con conocimientos y experiencias que inspiren a futuras generaciones a explorar más allá de los límites conocidos.