
China ha dado luz verde a la construcción de la represa hidroeléctrica más grande del mundo, que se levantará a lo largo del río Yarlung Tsangpo, en el Tíbet. Cuando esté completamente operativa, se convertirá en la planta de energía más grande del planeta, superando a cualquier otra en capacidad de producción.
No obstante, esta obra ha suscitado una profunda preocupación entre los habitantes locales y las naciones vecinas, sobre todo India y Bangladés, donde el Yarlung Tsangpo es conocido como el Brahmaputra. Los temores se centran en el desplazamiento de comunidades y en un potencial daño ambiental significativo, que podría afectar a millones de personas que dependen de este río.
Impacto en la región y en las relaciones internacionales
El proyecto de la represa pone de manifiesto las complejidades geopolíticas que surgen en ríos que cruzan fronteras internacionales. La propiedad del río y los derechos sobre su uso son cuestiones cruciales que aún carecen de respuestas claras. Las naciones involucradas deben considerar no solo la contaminación de ríos compartidos, sino también la apertura de vías de navegación y el derecho al agua de lluvia que cae en montañas lejanas.
El Yarlung Tsangpo, que nace en la meseta tibetana, es parte de una red fluvial que alimenta a más de mil millones de personas en toda Asia, desde Pakistán hasta Vietnam. Sin embargo, la región ya enfrenta una presión extrema debido al calentamiento global, que está derritiendo glaciares y alterando patrones de lluvia. Esta reducción en el caudal de agua durante la temporada seca, junto con liberaciones repentinas de agua durante las monzonas, podría intensificar la escasez de agua y los riesgos de inundaciones, poniendo en peligro la vida de millones en India y Bangladés.
Históricamente, la construcción de grandes represas en los Himalayas ha interrumpido flujos de agua, desplazado poblaciones y dañado ecosistemas frágiles. Se anticipa que la Gran Represa del Yarlung Tsangpo no será una excepción, ya que se ubicará en un área tectónicamente activa donde convergen las placas india y euroasiática, aumentando la vulnerabilidad a terremotos y deslizamientos de tierra.
El Brahmaputra, uno de los ríos más importantes de Asia del Sur, ha sido fundamental para la civilización durante miles de años. Su caudal rico en sedimentos contribuye a la formación de un delta fértil. Sin embargo, una represa de esta magnitud podría atrapar grandes cantidades de sedimentos aguas arriba, alterando el flujo del río y comprometiendo la agricultura en una de las regiones más densamente pobladas del mundo. Esto podría amenazar la seguridad alimentaria y poner en riesgo la subsistencia de millones.
Particularmente vulnerable es el sistema de manglares de Sundarbans, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que se extiende a lo largo de gran parte de la costa de Bangladés y de India. Cualquier alteración en el equilibrio de sedimentos podría acelerar la erosión costera y hacer que esta zona ya de por sí baja sea aún más susceptible al aumento del nivel del mar.
Desafortunadamente, a pesar de la naturaleza transfronteriza del Brahmaputra, no existe un tratado integral que lo regule. Esta falta de acuerdos formales complica los esfuerzos para garantizar que China, India y Bangladés compartan el agua de manera equitativa y colaboren en la preparación ante desastres.
Diversos ejemplos en otras partes del mundo, como el Danubio, donde 14 países más la Unión Europea han firmado una convención para protegerlo, demuestran que este tipo de acuerdos son viables. Sin embargo, el Brahmaputra no es un caso aislado; muchos ríos transfronterizos del sur global se enfrentan a una negligencia similar y a una investigación insuficiente.
En un reciente estudio, se analizaron más de 4,700 casos en 286 cuencas fluviales transfronterizas, revelando que, mientras que los grandes ríos del norte global reciben atención académica considerable, muchos ríos igualmente importantes en el sur global permanecen desatendidos. La mayor parte de la investigación en el sur global es liderada por instituciones del norte, lo que influye en los temas tratados y a menudo marginaliza las cuestiones locales más apremiantes.
Es crucial adoptar un enfoque más inclusivo en la investigación para garantizar la gestión sostenible de los ríos transfronterizos, salvaguardando así estos recursos vitales para las generaciones futuras.