La Casa Blanca ha advertido a Pekín sobre las posibles consecuencias de una mayor retaliación en respuesta al aumento de los aranceles comerciales impuestos por Washington. La secretaria de prensa, Caroline Leavitt, ha afirmado que cualquier acción adicional por parte de China no beneficiaría a sus intereses económicos.
Durante una rueda de prensa, Leavitt destacó que más de 75 países se han puesto en contacto con la administración del presidente Donald Trump para iniciar conversaciones comerciales, lo que, según ella, indica que la política arancelaria de Estados Unidos está dando resultados. “Los teléfonos no han dejado de sonar para hacer acuerdos”, afirmó, añadiendo que estos países han escuchado la advertencia del presidente Trump de no retaliar y han sido recompensados con una pausa de 90 días y tarifas recíprocas sustancialmente más bajas.
En abril, Trump impuso un arancel universal del 10% sobre todas las importaciones y tarifas “recíprocas” más altas a ciertos países con el objetivo de promover la manufactura nacional y abordar los desequilibrios comerciales. Aunque la mayoría de los aranceles elevados fueron suspendidos por 90 días, China fue excluida de esta medida. Como resultado, el arancel total sobre los productos chinos se ha incrementado hasta el 145%. En respuesta, Pekín impuso un arancel del 125% sobre las importaciones estadounidenses, criticando las acciones de Washington como “bullying económico” y advirtiendo que una escalada adicional convertiría a Estados Unidos en una “broma” en la historia económica global.
La postura de Estados Unidos ante la escalada comercial
Cuando se le preguntó directamente sobre la situación con China, Leavitt reiteró la postura de Trump, confirmando que “la tasa arancelaria sobre China se mantiene en el nivel de 145 por ciento”. Pekín ha insinuado que su reciente aumento de tarifas podría ser el último, sugiriendo que más incrementos no tendrían sentido económico.
Al ser cuestionada si esto significaba que China estaba retrocediendo, Leavitt afirmó que el presidente de Estados Unidos ha dejado claro que “cuando Estados Unidos es golpeado, responderá con más fuerza”. La administración se mantiene abierta a negociaciones, y Leavitt aseguró que Trump sería “generoso si China tiene la intención de llegar a un acuerdo con Estados Unidos”, aunque añadió, sin entrar en detalles, que “si China continúa retaliando, no será bueno para China”.
Además, Leavitt desestimó las críticas que apuntan a que la administración estadounidense no ha presionado lo suficiente a China con los aranceles, afirmando que “Trump finalmente está tomando acciones audaces y valientes”. Subrayó que tanto demócratas como republicanos han hablado con dureza sobre China durante años, pero que “ningún otro presidente ha tenido el coraje, la ética de trabajo o la resistencia para asumir tal tarea”.
