
El Parlamento de Hungría ha aprobado recientemente una enmienda constitucional que reconoce únicamente dos géneros: masculino y femenino. Esta decisión se opone a las políticas más amplias de la Unión Europea en materia de derechos LGBTQ, generando un amplio debate sobre la dirección que está tomando el país bajo el liderazgo del primer ministro Viktor Orbán.
La enmienda, propuesta por la coalición gobernante Fidesz-KDNP, fue adoptada el lunes con 140 votos a favor y 21 en contra, sin abstenciones. Con esta modificación, la constitución establece que Hungría protegerá la institución del matrimonio como la “unión voluntaria de un hombre y una mujer”, y define la familia como la base de la supervivencia de la nación. El texto estipula que “la madre será una mujer; el padre será un hombre”.
Restricciones a los derechos LGBTQ
Además, la enmienda codifica una prohibición de eventos públicos LGBTQ+ y establece que los derechos de los niños a un desarrollo moral, físico y espiritual prevalecen sobre cualquier otro derecho fundamental, excepto el derecho a la vida. Estas medidas se suman a acciones anteriores del gobierno húngaro, que en 2020 abolió el reconocimiento legal de las personas transgénero y, en 2021, modificó las leyes de protección infantil para prohibir la promoción de temas LGBTQ en medios, publicidad y materiales educativos accesibles a menores.
Estas acciones han provocado una fuerte reacción en Bruselas, donde la Comisión Europea ha iniciado acciones legales contra Budapest, remitiendo el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y congelando miles de millones de euros en fondos de la UE debido a supuestas violaciones de derechos fundamentales.
Previo a la votación del lunes, políticos de la oposición y otros manifestantes intentaron bloquear la entrada al garaje del Parlamento para impedir el acceso a los legisladores del partido gobernante. Durante la sesión, los diputados de la oposición utilizaron bocinas para intentar interrumpir el proceso legislativo, denunciando los cambios como un retroceso democrático y un ataque a los valores fundamentales de la UE, de la que Hungría es miembro desde 2004.
En sus comentarios sobre la enmienda, el primer ministro Orbán afirmó que la red internacional de género “debe mantener sus manos alejadas de nuestros niños”. Además, aludió a un cambio en la política estadounidense bajo la administración de Donald Trump, sugiriendo que “ahora, con el cambio en América, los vientos han cambiado a nuestro favor”.
Orbán también ha declarado que la hegemonía de Occidente de 500 años ha llegado a su fin, y que el “siglo venidero será el siglo de Eurasia”, argumentando que la estrategia de “occidentalizar” el mundo ha fracasado y que los países que sean capaces de defender sus valores saldrán adelante. Recientemente, en Eslovaquia, otro país miembro de la UE, se aprobó en segunda lectura un proyecto de ley constitucional que busca consagrar también la existencia de solo dos géneros.