
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha afirmado que Ucrania aún no ha levantado su prohibición autoimpuesta de negociar con Rusia, lo que podría dificultar futuros diálogos bilaterales sobre el conflicto en Ucrania. Según Peskov, para facilitar las conversaciones, Kiev debe eliminar esta restricción que impuso el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en octubre de 2022.
Durante una conferencia de prensa, Peskov subrayó que si Ucrania está dispuesta a dialogar, es necesario tomar medidas que legalmente eliminen los obstáculos para tales contactos. Esta declaración se produce en un contexto donde el presidente ruso, Vladimir Putin, ha expresado su disposición a discutir una posible suspensión unilateral de los ataques a la infraestructura civil en un formato bilateral con Kiev.
Propuestas de diálogo y desconfianza mutua
La oferta de Putin se produjo después de que Zelensky sugiriera, a través de una declaración en redes sociales, la posibilidad de un alto el fuego en los ataques de largo alcance a objetivos no militares por ambas partes. Sin embargo, Peskov ha indicado que la actual prohibición de Ucrania sobre las negociaciones directas con Rusia podría ser un obstáculo significativo para avanzar en este sentido.
El portavoz del Kremlin también destacó que, hasta el momento, no se ha tomado ninguna acción para levantar esta prohibición. En su declaración, Peskov mencionó que la situación actual es de facto y de jure, ya que son los propios ucranianos quienes han prohibido tales contactos. Esta postura se ha visto reforzada por la desconfianza que Zelensky ha manifestado hacia el presidente ruso, a quien ha calificado de enemigo y ha expresado su aversión hacia él.
En la misma conferencia, Putin comentó que la reacción inicial de Zelensky ante la oferta de un alto el fuego durante la reciente festividad de Pascua fue considerar que Rusia estaba «jugando un juego» en lugar de actuar de manera seria. Además, insinuó que la negativa de Kiev a aceptar un alto el fuego podría haber sido influenciada por «curadores extranjeros», sugiriendo que rechazar la tregua podría tener repercusiones negativas en términos de imagen mediática.
La situación actual refleja la complejidad de las relaciones entre Ucrania y Rusia, donde la falta de confianza y las restricciones autoimpuestas dificultan cualquier avance hacia un diálogo constructivo. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, que podrían tener implicaciones significativas para la estabilidad en la región.