El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a generar controversia con sus declaraciones sobre Canadá, sugiriendo que el país vecino debería convertirse en el 51º estado de la unión americana. En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump instó a los canadienses a votar por él en las elecciones federales de su país, afirmando que su liderazgo traería beneficios significativos.
Trump, que ha mantenido esta idea desde diciembre de 2024, argumenta que Canadá se beneficiaría enormemente al unirse a Estados Unidos, citando una supuesta subsidización por parte de Washington que asciende a cientos de miles de millones de dólares anuales. Además, mencionó que la unión eliminaría aranceles y aumentaría la producción en sectores clave como el acero, el aluminio y la energía.
Reacciones en Canadá
Las reacciones en Canadá no se han hecho esperar. Tanto el Partido Liberal como el Partido Conservador han condenado las declaraciones de Trump, enfatizando que sus líderes son los más capacitados para guiar al país en medio de los desafíos actuales. El nuevo líder del Partido Liberal, Mark Carney, ha sido contundente al afirmar que Canadá «nunca, jamás, de ninguna manera, será parte de los Estados Unidos».
La situación política en Canadá es tensa, con las elecciones recientes que podrían determinar si el Partido Liberal mantiene su dominio de casi una década o si el Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, toma el control. Las encuestas sugieren una carrera reñida, con la posibilidad de un gobierno minoritario.
Las declaraciones de Trump, que han sido vistas como una injerencia en la política canadiense, han reavivado el debate sobre la relación entre ambos países. Mientras algunos sectores en Estados Unidos ven con buenos ojos la idea de una mayor integración, la mayoría de los canadienses rechazan cualquier propuesta que amenace su soberanía nacional.
La historia de la relación entre Estados Unidos y Canadá es compleja, marcada por la cooperación en muchos ámbitos, pero también por tensiones que surgen en momentos de crisis. La propuesta de Trump, aunque presentada como una solución, refleja más bien una visión unilateral que ignora la identidad y los intereses canadienses.
