
La economía de Estados Unidos experimentó una contracción en los primeros tres meses de 2025, lo que ha generado temores de recesión al inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump, quien se enfrenta a una guerra comercial que algunos analistas consideran potencialmente costosa. Según un informe del Departamento de Comercio, el producto interno bruto (PIB), que representa la suma de todos los bienes y servicios producidos entre enero y marzo, cayó a un ritmo anualizado del 0,3%. Esta cifra ha sido ajustada para factores estacionales e inflación.
Economistas encuestados por Dow Jones esperaban un aumento del 0,4%, después de que el PIB había crecido un 2,4% en el cuarto trimestre de 2024. Sin embargo, en las últimas horas, algunos economistas de Wall Street ajustaron sus proyecciones hacia un crecimiento negativo, en gran parte debido a un aumento inesperado en las importaciones, ya que empresas y consumidores intentaron anticiparse a los aranceles impuestos por Trump a principios de abril.
Impacto en el PIB y el comercio exterior
Las importaciones se dispararon un 41,3% durante el trimestre, impulsadas por un incremento del 50,9% en los bienes. Dado que las importaciones restan del PIB, esta contracción podría no ser vista de forma tan negativa, considerando la posibilidad de que la tendencia se revierta en los trimestres siguientes. Se estima que las importaciones restaron más de cinco puntos porcentuales al dato general del PIB, mientras que las exportaciones aumentaron un 1,8%.
El consumo de los hogares, aunque se desaceleró durante este periodo, continuó siendo positivo. Los gastos de consumo personal crecieron un 1,8%, la tasa más baja desde el segundo trimestre de 2023 y por debajo del 4% registrado en el trimestre anterior. Por otro lado, la inversión privada doméstica experimentó un notable aumento del 21,9% en este periodo.
Los futuros del mercado de valores cayeron tras la publicación de este informe, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentaron. Esta dinámica refleja un contexto económico complejo, donde la interacción entre las políticas comerciales y el comportamiento del consumo y la inversión se vuelve crucial para entender los efectos a largo plazo en la economía estadounidense.
Este análisis pone de relieve cómo la actual administración, a través de decisiones políticas que buscan proteger y fomentar la industria local, podría enfrentar desafíos significativos, a la vez que se observan patrones de comportamiento que podrían ser interpretados de diversas maneras, dependiendo del enfoque adoptado hacia las políticas económicas globales.