
Un antiguo satélite soviético se precipita hacia la Tierra
CAPE CANAVERAL, Florida — Un satélite soviético, diseñado para aterrizar en Venus en la década de 1970, se encuentra en trayectoria de reentrada descontrolada hacia la Tierra. Este objeto, conocido como Kosmos 482, fue lanzado en 1972, pero nunca logró salir de la órbita terrestre debido a un fallo en el cohete. Aunque gran parte de su masa metálica se desintegró en la atmósfera en los años posteriores a su lanzamiento, los expertos creen que la cápsula de aterrizaje, un objeto esférico de aproximadamente un metro de diámetro, ha estado orbitando la Tierra en una trayectoria elíptica durante 53 años, perdiendo altitud gradualmente.
Los expertos en seguimiento de desechos espaciales indican que es prematuro determinar dónde podría aterrizar la cápsula o cuánto de su estructura sobrevivirá a la reentrada. El científico neerlandés Marco Langbroek estima que la reentrada podría ocurrir alrededor del 10 de mayo, con una velocidad de impacto de aproximadamente 242 km/h, en caso de que el satélite se mantenga intacto. Aunque existe un riesgo asociado, Langbroek asegura que no debemos preocuparnos en exceso, ya que las probabilidades de que el satélite cause daños a personas o propiedades son mínimas, comparables al riesgo de ser alcanzado por un meteorito.
A pesar de que la cápsula fue diseñada para soportar las intensas condiciones de la atmósfera de Venus, los expertos tienen dudas sobre el funcionamiento de su sistema de paracaídas tras tantos años en el espacio. Jonathan McDowell del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian señala que sería preferible que la protección térmica fallara, lo que provocaría que el satélite se desintegrara en su descenso. Sin embargo, si la protección térmica se mantiene, se podría ver caer un objeto metálico de media tonelada desde el cielo. Se espera que la reentrada del satélite ocurra en una franja geográfica que incluye latitudes entre los 51.7 grados norte y sur, lo que abarca desde Londres y Edmonton hasta el extremo sur de Sudamérica, aunque la probabilidad de que caiga en el océano es alta debido a la vasta superficie acuática del planeta.