
La Premier de Alberta, Danielle Smith, ha anunciado que la provincia podría celebrar un referéndum sobre su independencia de Canadá el próximo año, siempre y cuando una petición ciudadana logre reunir el número suficiente de firmas. Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión entre Alberta y el gobierno federal canadiense, especialmente en lo que respecta a la legislación que limita el desarrollo de combustibles fósiles y promueve la energía limpia, lo que los funcionarios de Alberta consideran un ataque a su economía.
La controversia se intensificó tras la reciente victoria del Partido Liberal en las elecciones federales, que han profundizado las divisiones políticas entre Ottawa y la rica en recursos Alberta. En respuesta a esta situación, el Alberta Prosperity Project lanzó una petición que ha logrado más de 80,000 firmas en tan solo 36 horas desde su lanzamiento el 2 de mayo, y que sigue abierta para recibir apoyo público.
Un camino hacia la independencia
Smith ha manifestado que, aunque no apoya personalmente la separación, respetará la decisión de los votantes. “Aceptar su juicio”, afirmó la Premier. Además, su gobierno ha introducido recientemente una legislación que reduce el umbral necesario para convocar referendos impulsados por peticiones ciudadanas, disminuyendo el número de firmas requeridas del 20% al 10% de los votantes elegibles en las últimas elecciones provinciales y ampliando el periodo de recolección de 90 a 120 días. Para alcanzar el umbral, la petición necesitaría alrededor de 177,000 firmas.
Smith ha subrayado que Alberta no busca “trato especial o ayudas”; simplemente desea tener la libertad de desarrollar su “increíble riqueza de recursos” y decidir cómo gestionar la atención sanitaria y la educación. La Premier expresó su esperanza de que la secesión no sea necesaria y que su gobierno pueda llegar a un acuerdo con el Primer Ministro Mark Carney y el nuevo gobierno canadiense.
La reciente victoria del Partido Liberal, liderado por Carney, se centró en gran medida en lo que él considera una amenaza existencial representada por el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha sugerido que Canadá podría convertirse en el 51º estado de EE.UU. y ha impuesto aranceles extensos sobre la mayoría de los productos canadienses. Este resultado electoral ha añadido tensiones a las ya existentes en regiones conservadoras, como Alberta, donde los conservadores ganaron 34 de los 37 escaños. Muchos residentes han expresado su frustración con el liderazgo federal, un descontento que también se ha reportado en la vecina Saskatchewan y, en menor medida, en Columbia Británica.