
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos ha decidido dejar de rastrear el coste de los desastres climáticos impulsados por el cambio climático, incluyendo inundaciones, olas de calor e incendios forestales. Esta medida se inscribe dentro de una serie de cambios promovidos por la administración de Donald Trump que limitan los recursos federales dedicados al estudio del cambio climático.
NOAA, que opera bajo el Departamento de Comercio de EE. UU., es responsable de las previsiones meteorológicas diarias, las alertas de tormentas severas y el monitoreo climático. La agencia ha anunciado que su base de datos sobre desastres climáticos y meteorológicos de mil millones de dólares dejará de actualizarse después de 2024, y la información recopilada desde 1980 será archivada.
Durante décadas, esta base de datos ha documentado cientos de eventos significativos en el país, que incluyen huracanes destructivos, tormentas de granizo, sequías y heladas, sumando trillones de dólares en daños. La base de datos se nutre de datos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), organizaciones de seguros y agencias estatales, lo que permite estimar las pérdidas globales de cada desastre.
La directora de comunicaciones de NOAA, Kim Doster, ha indicado que este cambio está «en alineación con prioridades en evolución, mandatos legales y cambios en el personal». Sin embargo, muchos científicos advierten que los eventos climáticos están volviéndose más frecuentes, costosos y severos debido al cambio climático. Expertos han atribuido la creciente intensidad de fenómenos recientes, como el huracán Milton y los incendios en el sur de California, a este fenómeno global.
Impacto en la evaluación de desastres y el aumento de primas de seguros
La evaluación del impacto de estos eventos climáticos es crucial, especialmente ante el aumento de las primas de seguros en comunidades más vulnerables a inundaciones, tormentas e incendios. El cambio climático ha afectado gravemente a la industria de los seguros, poniendo en riesgo a los propietarios de viviendas con tasas que podrían dispararse.
A pesar de que la base de datos de NOAA solo estimaba los eventos meteorológicos más costosos del país, se consideraba una referencia estándar debido al acceso a datos no públicos. Otros conjuntos de datos, aunque también realizan un seguimiento de las estimaciones de muertes a causa de desastres, no cuentan con la misma amplitud ni con la divulgación generalizada que caracteriza a la base de datos de NOAA.
Jeff Masters, meteorólogo de Yale Climate Connections, ha señalado que existen alternativas proporcionadas por corredores de seguros y bases de datos internacionales de desastres, pero subraya que «la base de datos de NOAA es el estándar de oro que utilizamos para evaluar los costos del clima extremo», y considera que su eliminación es una gran pérdida, especialmente en un momento en que es necesario entender cómo el cambio climático está aumentando las pérdidas por desastres.
Estas decisiones no cambian el hecho de que los desastres están aumentando año tras año. Kristina Dahl, vicepresidenta de ciencia de la organización Climate Central, ha afirmado que «los eventos climáticos extremos que causan daños son una de las principales formas en que el público percibe que el cambio climático está ocurriendo y afectando a las personas». Además, ha enfatizado la importancia de resaltar estos eventos cuando suceden, ya que todos estos cambios podrían hacer que los estadounidenses sean menos seguros frente al cambio climático.
Informes recientes indican que esta decisión es parte de los esfuerzos de Trump por eliminar referencias al cambio climático y su impacto en el clima de los documentos gubernamentales. La administración ha priorizado a aliados en las industrias contaminantes de carbón, petróleo y gas, que estudios sugieren están vinculadas al daño climático.
La administración de Trump ha recortado significativamente el personal de NOAA, despidiendo a cientos de pronosticadores meteorológicos y otros empleados en periodo de prueba, lo que ha suscitado preocupaciones sobre el riesgo que esto representa para la vida de los estadounidenses y la economía del país. Menos lanzamientos de globos meteorológicos también podrían perjudicar la calidad de las previsiones climáticas en EE. UU.
Con estas medidas, se prevén más cambios en la agencia, que podrían incluir propuestas del presupuesto preliminar del presidente. Recientemente, el servicio meteorológico de la agencia también suspendió la provisión de traducciones de sus productos, aunque estas se reanudaron semanas después.