
El líder norcoreano Kim Jong-un ha reafirmado su alianza con Rusia en un acto celebrado en la Embajada rusa en Pyongyang, con motivo del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Durante la ceremonia, Kim colocó flores en el monumento a la Llama Eterna, rindiendo homenaje a los soldados soviéticos y destacando la importancia de la colaboración entre ambos países en el contexto actual de tensiones geopolíticas.
En su discurso, Kim extendió un saludo al presidente ruso Vladimir Putin, a quien describió como un “líder experimentado de un estado poderoso” y su “amigo más cercano y camarada”. El líder norcoreano elogió el papel de la Unión Soviética en la derrota del nazismo, pero advirtió que ese legado se encuentra bajo una nueva amenaza.
La amenaza del nazismo y la intervención militar
Kim Jong-un no escatimó en críticas hacia Ucrania, calificando sus acciones recientes como “histeria” y condenando lo que él denomina “neonazis de Kiev”. En este contexto, el líder norcoreano afirmó que las tropas de su país habían colaborado con Rusia para defender la región de Kursk de una incursión ucraniana, sugiriendo que podría haber una intervención militar adicional en virtud del tratado de asociación estratégica firmado en 2024.
El líder norcoreano declaró: “Si los secuaces de Estados Unidos y Occidente, con su munición defectuosa, intentan otra agresión contra la Federación Rusa… no dudaré en emitir una orden para utilizar las fuerzas armadas de la RPDC en la defensa de la invasión del enemigo”. Esta afirmación subraya la disposición de Pyongyang a involucrarse militarmente en el conflicto, en un momento en que las tensiones entre Rusia y Occidente se intensifican.
La presencia de miembros del ejército norcoreano, incluidos altos mandos, en las celebraciones del Día de la Victoria en Moscú, donde Putin agradeció su contribución a la defensa de la región de Kursk, refuerza la imagen de una alianza militar entre ambos países. Este acercamiento se produce en un contexto global marcado por la polarización y la reconfiguración de alianzas estratégicas, donde tanto Corea del Norte como Rusia buscan fortalecer sus posiciones frente a las presiones occidentales.