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Los nanoplásticos, una amenaza silenciosa que transporta metales pesados en nuestro organismo

In Sin categoría
mayo 10, 2025

La problemática de los plásticos en el medio ambiente es cada vez más acuciante. A nivel mundial, se producen aproximadamente 460 millones de toneladas métricas de plástico al año, de las cuales un alarmante 91% nunca es reciclado. Solo el 12% se incinera, mientras que el 79% termina en vertederos y océanos, donde puede permanecer durante siglos.

Entre las consecuencias de esta acumulación de plástico, la descomposición de estos materiales en microplásticos (partículas menores a 5 mm) y nanoplásticos (partículas menores a 1.000 nm) representa un creciente riesgo para la salud pública. Recientemente, un estudio publicado en la revista ACS ES&T Water ha puesto de manifiesto que los nanoplásticos pueden interactuar con contaminantes ambientales tóxicos, como los metales pesados, amplificando así sus efectos nocivos.

Nanoplásticos como vehículos de toxicidad

Investigadores del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey han demostrado que los nanoplásticos, sintetizados a partir de residuos plásticos reales —incluyendo tereftalato de polietileno (PET), poliestireno (PS) y polipropileno (PP)—, pueden adsorber iones de plomo y cadmio, actuando como «caballos de Troya» que facilitan la entrada de estos metales en los organismos. Este proceso aumenta el riesgo de bioacumulación de sustancias tóxicas.

Estudios previos han mostrado la presencia de nanoplásticos en fluidos corporales humanos, como sangre, muestras fecales y placenta, lo que indica que pueden desplazarse dentro del organismo. La respuesta del sistema inmunológico ante la presencia de estas partículas puede desencadenar un aumento en el riesgo de neoplasias, así como inflamaciones persistentes.

La capacidad de los nanoplásticos para adsorber metales pesados se ve favorecida por su gran superficie, lo que les permite captar elementos tóxicos como el plomo, el cadmio, el mercurio y el arsénico. Una vez que estos metales son adsorbidos, su biodisponibilidad aumenta, lo que agrava los riesgos potenciales para la salud.

La investigación se realizó a partir de plásticos recolectados de la basura, como botellas de PET y envases de comida. Usando un método de molienda con sal, los investigadores lograron producir nanoplásticos sin la necesidad de añadir productos químicos adicionales. Los análisis mediante dispersión de luz dinámica y microscopía electrónica revelaron que las partículas generadas eran de formas irregulares y tamaños inferiores a 200 nm, lo que las hace representativas de los nanoplásticos que se encuentran en la naturaleza.

Los resultados mostraron que los nanoplásticos sintetizados tenían una notable capacidad para adsorber iones de metales pesados, siendo el polipropileno el que demostró la mayor eficacia, adsorbiendo más del 99% de Pb2+ en solo cinco minutos. Los experimentos sugieren que la adsorción de los iones de metales pesados ocurre a través de un proceso de quimisorción en la superficie homogénea de los nanoplásticos.

Los investigadores subrayan la urgencia de profundizar en el estudio de las interacciones entre nanoplásticos y iones de metales pesados para comprender mejor su toxicidad y su impacto ambiental. Estos hallazgos son cruciales para desarrollar estrategias efectivas que mitiguen la contaminación por nanoplásticos y protejan la salud pública.

Más información:
Ananda Pokhrel et al, Generation of Eroded Nanoplastics from Real World Wastes and Their Capacity for Heavy Metal Adsorption, ACS ES&T Water (2025). DOI: 10.1021/acsestwater.4c01191

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