
El Kosmos 482: Un legado soviético que regresó a la Tierra
El pasado sábado por la mañana, un artefacto espacial soviético lanzado en 1972, el Kosmos 482, se cree que ha regresado a la Tierra tras una misión fallida hacia Venus. La Agencia Espacial Europea (ESA), que seguía de cerca la trayectoria del satélite, informó que el Kosmos 482 fue detectado por última vez por radar sobre Alemania. En el momento en que se esperaba su impacto, los radares ya no podían rastrear la nave, lo que llevó a la conclusión de que “es muy probable que la reentrada ya se haya producido”.
Afortunadamente, no se han reportado ni lesiones ni daños en la superficie terrestre. El Kosmos 482 formaba parte del programa Venera de la U.R.S.S., una serie de misiones diseñadas para investigar el planeta Venus. De las diez misiones que lograron aterrizar en el inhóspito planeta, el cohete que transportaba el Kosmos 482 sufrió una avería, dejando su etapa superior atrapada en la órbita terrestre. Durante más de cinco décadas, esta nave, de aproximadamente 90 centímetros de diámetro y un peso de 485 kilogramos, orbitó la Tierra en una trayectoria cada vez más elíptica hasta acercarse lo suficiente para entrar en la atmósfera del planeta.
La caída de objetos hechos por el hombre a la Tierra no es un fenómeno raro. Según la ESA, más de 2.400 de estos artefactos regresaron al planeta en 2022, marcando un récord. La mayoría de ellos se desintegraron al entrar en la atmósfera, y los que sobrevivieron cayeron en su mayoría en los océanos. Sin embargo, el Kosmos 482 fue diseñado para soportar un descenso a través de la densa atmósfera de Venus y operar en su superficie, donde la temperatura media alcanza los 464 grados Celsius. Esto sugiere que, al menos en teoría, el Kosmos 482 era lo suficientemente resistente como para sobrevivir a un reingreso relativamente sencillo en la atmósfera terrestre. A pesar de la inquietud que puede causar la reentrada de desechos espaciales, la ESA ha señalado que no existe registro de fatalidades causadas por este tipo de incidentes, y el riesgo de que un satélite cause daño es extremadamente bajo, estimando que un individuo tiene menos de una en 100 mil millones de posibilidades de ser herido por espacio basura.