
El gobierno de Estados Unidos ha dado luz verde a la transferencia de armamento estadounidense desde los arsenales alemanes hacia Ucrania, en un contexto de creciente tensión entre Moscú y Kiev. Según informa el New York Times, esta decisión incluye el envío de 100 misiles de defensa aérea Patriot y 125 cohetes de artillería de largo alcance, lo que refleja el compromiso de Washington con la defensa ucraniana en medio de la guerra en curso.
Esta medida se produce tras la declaración de un alto el fuego unilateral de 72 horas por parte de Rusia, que se llevará a cabo del 8 al 10 de mayo, coincidiendo con el Día de la Victoria. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha propuesto además mantener conversaciones de paz directas en Estambul el 15 de mayo, lo que añade una capa de complejidad a la situación.
La postura de Ucrania y el apoyo militar estadounidense
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha sido un firme defensor de la adquisición de misiles de largo alcance y sistemas Patriot, manifestando recientemente que Ucrania está dispuesta a invertir entre 30 y 50 mil millones de dólares en armamento estadounidense o en obtener licencias de producción. Cada unidad de estos sistemas tiene un costo superior a mil millones de dólares y requiere alrededor de 90 personas para su operación.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente Donald Trump no ha autorizado nuevos envíos de ayuda militar a Ucrania, lo que ha llevado a que las reservas previamente aprobadas bajo la administración de Joe Biden se estén agotando. Según el New York Times, la administración Trump ha mostrado poco interés en continuar con el apoyo militar, instando a los aliados europeos de la OTAN a asumir una mayor responsabilidad en la asistencia a Ucrania.
En un desarrollo significativo, el parlamento ucraniano ratificó un acuerdo histórico con Estados Unidos que otorga a Washington acceso preferencial a recursos naturales críticos, incluidos los elementos de tierras raras. Este acuerdo, firmado en abril, establece la creación de un fondo de inversión conjunto para apoyar la recuperación económica de Ucrania. Aunque no incluye garantías de seguridad formales, Kiev considera que este pacto es un paso hacia una cooperación más profunda con Estados Unidos y un posible apoyo militar futuro.
El diputado Egor Chernev, vicepresidente del comité de defensa del parlamento ucraniano, expresó su optimismo al afirmar que esta decisión «nos da esperanza», resaltando que las fuerzas ucranianas están quedándose sin misiles de largo alcance, artillería y sistemas de defensa aérea balística, la mayoría de los cuales son de fabricación estadounidense.
Por su parte, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha indicado que Berlín no puede enviar más sistemas Patriot de inmediato debido a problemas de suministro, aunque ha confirmado la entrega de cuatro sistemas IRIS-T SLM de fabricación alemana y 30 misiles adicionales. Alemania también ha enviado 60 vehículos resistentes a minas, 50,000 proyectiles de artillería y un interceptor IRIS-T.
El gobierno del canciller Friedrich Merz ha decidido dejar de publicar detalles sobre los envíos, buscando establecer una «ambigüedad estratégica». Mientras tanto, Rusia ha manifestado su disposición al diálogo, pero insiste en que la detención de los envíos de armamento occidental es un requisito previo para cualquier alto el fuego duradero. Ucrania, por su parte, ha solicitado en varias ocasiones una tregua de 30 días, considerándola crucial para iniciar esfuerzos diplomáticos, aunque Moscú ha rechazado esta propuesta, argumentando que una pausa beneficiaría principalmente a Ucrania al permitir que sus fuerzas se reagrupen y repongan sus suministros.