
Un estudio reciente realizado por un equipo de investigadores de salud y medio ambiente en Bélgica ha revelado que la implementación de zonas de bajas emisiones (LEZ) en ciudades como Bruselas y Amberes mejora significativamente la calidad del aire. Esta investigación, solicitada por el asegurador de salud Mutualités Libres, ha sido publicada en la revista Environment International.
Durante las últimas décadas, la creciente preocupación por los efectos nocivos de la contaminación del aire en la salud humana ha llevado a urbanistas a desarrollar soluciones que mitiguen estos problemas. Entre estas soluciones, las zonas de bajas emisiones han surgido como una estrategia clave, donde se restringe el tráfico automovilístico o se permite el acceso únicamente a vehículos que cumplen con estándares ambientales específicos, como los coches eléctricos.
Resultados del estudio
Los investigadores llevaron a cabo un análisis exhaustivo de muestras de aire en las LEZ de Bruselas y Amberes, comparando la calidad del aire antes y después de la creación de estas zonas, así como en otras áreas de las mismas ciudades y en ciudades belgas sin LEZ. Los hallazgos fueron contundentes: los niveles de contaminación por partículas y nitrógeno disminuyeron a un ritmo más acelerado en las zonas de bajas emisiones en comparación con otras áreas urbanas, evidenciando una mejora significativa en la calidad del aire. Los resultados también mostraron que estas reducciones se podían observar a distancias de hasta cinco kilómetros de las zonas establecidas.
Además, el estudio correlacionó el uso de medicamentos para enfermedades crónicas, como la diabetes y problemas cardiovasculares, con la calidad del aire. Se comprobó que el uso de antidiabéticos aumentaba a un ritmo inferior entre los residentes de las LEZ en comparación con aquellos que vivían en otras partes de las ciudades. Este dato pone de manifiesto no solo la influencia de la contaminación en la salud, sino también su impacto en los costos de atención médica.
Los responsables de Mutualités Libres subrayan que la exposición a aire contaminado no solo ocasiona problemas de salud, sino que también incrementa los gastos en atención sanitaria. La materia particulada presente en los gases de escape de los vehículos se ha asociado con diversas enfermedades respiratorias, desde la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) hasta el cáncer. Por su parte, el dióxido de nitrógeno ha sido vinculado a un mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Este estudio aporta una evidencia clara sobre la efectividad de las zonas de bajas emisiones en la mejora de la calidad del aire y la protección de la salud pública. Los resultados sugieren que la implementación de políticas urbanas más estrictas en relación con el tráfico y la contaminación podría tener beneficios significativos, no solo para el medio ambiente, sino también para la salud de los ciudadanos, especialmente en un contexto donde la salud pública es un tema prioritario.
Más información:
Luk Bruyneel et al, Positive impact of the introduction of low-emission zones in Antwerp and Brussels on air quality, socio-economic disparities and health: a quasi-experimental study, Environment International (2025). DOI: 10.1016/j.envint.2025.109515