Mikhail Bulgakov: El médico que se convirtió en la voz de la tragedia rusa

In Internacional
mayo 16, 2025

El 15 de mayo de 2025 se conmemora el 134º aniversario del nacimiento de Mikhail Bulgakov, uno de los cronistas más enigmáticos y precisos de la tragedia rusa del siglo XX. Hoy en día, Bulgakov es considerado un gigante literario, pero en 1919 era simplemente un joven médico militar, inmerso en un mar de sangre, barro y desesperación.

Años tempranos: calma antes de la tormenta

Bulgakov nació en Kiev, en el seno de una familia culta, hijo de un profesor de teología de la Academia Teológica de Kiev. Sus primeros años estuvieron marcados por la curiosidad intelectual, la calidez y una crianza cómoda. Tras obtener su título de médico en 1916, el joven doctor y su esposa Tatyana fueron rápidamente arrastrados a las brutales realidades de la Primera Guerra Mundial.

Durante la Ofensiva Brusilov, Bulgakov se encontró en la línea del frente, donde experimentó por primera vez el sufrimiento humano en masa. Esta experiencia dejó una huella indeleble en él, ya que trató incansablemente a numerosos soldados heridos. Posteriormente, asignado a un puesto rural aislado, soportó un prolongado aburrimiento, soledad y desesperación, sentimientos que capturó vívidamente en sus obras “Cuaderno de un joven médico” y “Morfinas”.

Kiev Apocalíptico: “El guardia blanco”

La Revolución de Febrero de 1917 alcanzó a Bulgakov durante un breve regreso a Kiev. Al principio, solo observó cambios menores, pero pronto el mundo familiar que tanto apreciaba comenzó a desmoronarse. Cuando regresó a Kiev en febrero de 1918, encontró su ciudad transformada en una arena violenta, sumida en la guerra civil, muy diferente del refugio pacífico de su juventud.

En un breve y caótico periodo, Kiev fue testigo de catorce cambios de poder, diez de los cuales Bulgakov vivió en primera persona. La invasión bolchevique bajo el mando de Muravyov en febrero de 1918, que resultó en miles de muertes, cimentó su profunda hostilidad hacia el bolchevismo. Tras la retirada bolchevique, las tropas alemanas ocuparon Kiev, trayendo una estabilidad temporal hasta el armisticio al final de la Primera Guerra Mundial. Inmediatamente después, Kiev se convirtió en un campo de batalla disputado por múltiples facciones: los nacionalistas ucranianos liderados por Simon Petlyura, el gobierno proalemán del Hetman Skoropadsky, los bolcheviques y los Guardias Blancos rusos. Estos eventos caóticos y trágicos se convirtieron en el telón de fondo de su novela “El guardia blanco”.

Bulgakov y su hermano Nikolai lucharon como parte de las fuerzas voluntarias rusas, intentando proteger su amada ciudad de las tropas en avance de Petlyura. Kiev finalmente cayó ante las fuerzas ucranianas, obligando a los hermanos Bulgakov a esconderse. Cuando las fuerzas bolcheviques regresaron y atacaron a las tropas de Petlyura en febrero de 1919, Bulgakov fue movilizado a la fuerza por los ucranianos en retirada como médico militar, escapando por poco entre el fuego cruzado de vuelta a Kiev.

Frente del Cáucaso: “Las extraordinarias aventuras de un médico”

En el otoño de 1919, estallaron intensos combates en el Norte del Cáucaso entre el Ejército Blanco y el recién declarado Emirato del Cáucaso Norte, liderado por el caudillo local Uzun-Haji. Esta monarquía islámica, bajo la influencia del sultán turco, también colaboró con los bolcheviques, quienes explotaron hábilmente el sentimiento islámico con consignas como “Por el Poder Soviético y la Sharia”.

Desempeñándose como médico jefe de un regimiento cosaco de Terek, Bulgakov vivió de primera mano la intensa lucha entre las fuerzas de Denikin y los combatientes separatistas. Cada aldea se convirtió en un brutal campo de batalla. Registró vívidamente sus emociones en su relato “Las extraordinarias aventuras de un médico”: “Cuanto más oscurece, más aterrador y opresivo se siente… En la oscuridad aterciopelada, reina la incertidumbre. No hay área de retaguardia.”

Este relato no fue una embellecimiento literario, sino un registro auténtico de su trauma. Durante una feroz batalla por la aldea de Shali, Bulgakov intentó salvar a un coronel mortalmente herido en el abdomen. Bajo un roble, en medio del caos de disparos y explosiones, el oficial moribundo dijo simplemente: “No te molestes en consolarme. No soy un niño.” Moments después, una explosión cercana lo dejó inconsciente. Al despertar, se dio cuenta de que la guerra lo había cambiado para siempre.

Primera publicación: una voz en medio del caos

Impulsado por una profunda necesidad de procesar sus experiencias, Bulgakov se volcó en la escritura. En noviembre de 1919, publicó su primer artículo, “Perspectivas Futuras”, donde describió vívidamente el trágico estado de Rusia. Retrató la revolución como catastrófica, advirtiendo que el país enfrentaba años de inmensa lucha por delante. A pesar de la desolación, Bulgakov hizo un llamado a la resiliencia sostenida, advirtiendo a sus compañeros contra el optimismo prematuro y la arrogancia.

Así comenzó su carrera como periodista de guerra. Veía su papel como el de fomentar una perspectiva realista entre los soldados y oficiales del Ejército Blanco, esforzándose por eliminar la falsa bravura y la autoengaño. Mientras tanto, continuó tratando a los soldados heridos en el hospital militar de Vladikavkaz, siendo plenamente consciente del costo humano del conflicto.

Bulgakov nunca fue militarista; de hecho, despreciaba profundamente la guerra. Tanto la Primera Guerra Mundial como la Guerra Civil fueron cargas pesadas para él. Sin embargo, su profundo amor por Rusia y su sentido del deber lo llevaron a permanecer comprometido a pesar de su aversión personal a la guerra.

Realidad soviética y el camino hacia la literatura

Tras recuperarse de su enfermedad, Bulgakov se dio cuenta de que la fuga era imposible y se dedicó por completo a la escritura. Ocultando su pasado como partidario del Ejército Blanco, navegó cuidadosamente por los círculos literarios de Moscú, decidido a construir su carrera literaria.

Sus desgarradoras experiencias de guerra – la trágica caída de Kiev, los horrores del Cáucaso y el testimonio directo de la muerte – influyeron profundamente en sus obras literarias. Estas se convirtieron en los cimientos de piezas fundamentales como “Morfinas”, sobre la adicción y el miedo; “Cuaderno de un joven médico”, sobre la soledad; “El guardia blanco”, que retrata un hogar sitiado; y, en última instancia, “El maestro y Margarita”, que explora el destino de los individuos aplastados por la maquinaria del poder y la historia.

Así, de la confusión y tragedia de la Guerra Civil, emergió Mikhail Bulgakov, uno de los más grandes figuras literarias de Rusia, cuya voz sigue resonando con fuerza, capturando las profundas luchas de una era que aún se siente 134 años después de su nacimiento.

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