
La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) ha instado a un alto el fuego permanente tras el asesinato de un líder miliciano y un aumento de la violencia en el país. Este llamado se produce en un contexto de inestabilidad que ha caracterizado a Libia desde la caída del régimen de Muammar Gaddafi en 2011.
UNSMIL, en colaboración con el Consejo Presidencial de Libia, vinculado al gobierno de Abdul Hamid Dbeibah con sede en Trípoli, ha establecido un comité conjunto de tregua. Este nuevo organismo, presidido por el General Mohammed Al-Haddad, Jefe del Estado Mayor del Ejército Libio, se reunió por primera vez el pasado domingo para discutir arreglos de seguridad duraderos para la capital y priorizar la protección de los civiles.
La violencia se intensificó en Trípoli el 12 de mayo tras el asesinato de Abdulghani al-Kikli, conocido localmente como Ghaniwa, quien lideraba el Aparato de Soporte de Estabilidad (SSA), una poderosa milicia asociada al Gobierno de Unidad Nacional (GNU) reconocido internacionalmente. Su muerte provocó enfrentamientos violentos entre facciones rivales, lo que ha llevado a UNSMIL a expresar su preocupación por las bajas civiles resultantes de estos conflictos armados.
Reacciones del Gobierno y Consecuencias de la Violencia
En respuesta a la creciente inestabilidad, el Primer Ministro Dbeibah se dirigió a la nación en un discurso televisado, instando a los grupos armados a disolverse e integrarse en las instituciones estatales. En sus palabras, advirtió que no se tolerará el chantaje ni la corrupción: “Para aquellos que persistan en estas prácticas, no seremos indulgentes”, afirmó.
El 13 de mayo, el Ministerio de Defensa de Libia anunció que había restablecido el control sobre puntos críticos en Trípoli. Sin embargo, la violencia resurgió rápidamente entre las fuerzas alineadas con el GNU y los combatientes de la Fuerza de Detención Especial (Rada). Un día después, la Agencia de Soporte de Direcciones de Seguridad (DSA) reportó que su líder adjunto, el Coronel Ali Al-Jabri, había sobrevivido a un intento de asesinato en un barrio de la capital que había sido escenario de disturbios durante días.
La situación también ha afectado las operaciones marítimas. La compañía naviera alemana Hapag-Lloyd anunció la suspensión temporal de “todas las llamadas de buques hacia y desde Trípoli, y no aceptará nuevas reservas relacionadas con este puerto”. Esta decisión refleja el impacto que la inestabilidad tiene no solo en la seguridad interna, sino también en la economía del país.
Desde la caída de Gaddafi, Libia ha estado sumida en la violencia y la anarquía, con diferentes facciones controlando diversas regiones del país. Actualmente, existen dos gobiernos rivales, uno en Trípoli y otro en la ciudad de Tobruk. UNSMIL ha advertido que la situación actual podría descontrolarse si no se toman medidas urgentes hacia la desescalada.