
Investigadores de la Universidad de Queensland han descubierto que el lavado de envases plásticos en lavavajillas contribuye a la contaminación por microplásticos en las aguas residuales. Este hallazgo resalta un aspecto poco explorado de la contaminación plástica en el ámbito doméstico, un problema que, aunque puede parecer insignificante a nivel individual, tiene implicaciones ambientales significativas cuando se considera en conjunto.
El Dr. Elvis Okoffo, miembro de la Alianza de Ciencias Ambientales para la Salud de Queensland, señaló que «las acciones cotidianas, que parecen inofensivas, pueden tener consecuencias ambientales acumulativas». Este estudio pone de manifiesto la necesidad de tomar conciencia sobre los plásticos que utilizamos, su limpieza y su disposición.
Impacto de los lavavajillas en la contaminación plástica
El estudio, publicado en ACS ES&T Water, revela que un solo ciclo de un lavavajillas repleto de utensilios plásticos puede liberar aproximadamente 920,000 partículas de micro y nanoplásticos en las aguas residuales, lo que equivale a cerca de 33 millones de partículas por hogar cada año a nivel global. Aunque la masa total de plástico liberada es de aproximadamente 6 miligramos por persona al año —equivalente al peso de un cuarto de grano de arroz—, la cantidad de partículas es alarmante.
El Dr. Okoffo aclara que, a pesar del elevado número de partículas liberadas, la masa total es baja en comparación con otras fuentes de contaminación plástica conocidas. Sin embargo, enfatiza que el 58% de los hogares australianos utilizan lavavajillas de manera regular, lo que incrementa la necesidad de soluciones efectivas para mitigar este problema.
Se sugiere que los futuros electrodomésticos puedan equiparse con filtros o trampas integradas para capturar estas partículas plásticas antes de que lleguen a las aguas residuales y, en consecuencia, al medio ambiente. Además, los fabricantes de plásticos podrían desarrollar materiales más resistentes a la degradación durante el proceso de lavado, lo que ayudaría a reducir la cantidad de contaminación generada.
El Dr. Okoffo concluye que «eliminar este contaminante antes de que pueda ingresar al medio ambiente es preferible a implementar medidas costosas una vez que el contaminante ya ha sido liberado». Esto implica que pequeños cambios en los hábitos de limpieza pueden, cuando se multiplican por millones de hogares, contribuir significativamente a la reducción de la carga global de contaminación plástica.