Un nuevo estudio ha revelado un hallazgo significativo acerca de los gatos naranjas, que podría sorprender a muchos. Si bien estos felinos son conocidos por su carácter amigable y vivaz, la singularidad de su color se debe a una mutación genética específica. Este descubrimiento marca un avance en la comprensión de la genética felina, al identificar un cambio en el ADN que no se ha encontrado en ninguna otra especie animal.
El misterio del color naranja en los gatos
Los gatos de pelaje naranja son predominantemente machos, lo que llevó a los científicos a suponer que la información genética relacionada con este color se encuentra en el cromosoma X. En los mamíferos, las hembras poseen dos cromosomas X, mientras que los machos tienen un X y un Y. Esto significa que un gato macho que porta el rasgo naranja en su único cromosoma X será completamente naranja. En contraste, una hembra necesitaría heredar la mutación en ambos cromosomas X para tener un pelaje totalmente naranja, lo que resulta menos probable. Por esta razón, la mayoría de las gatas con pelaje naranja presentan patrones variados, como el calico o el carey.
La investigación, publicada en la revista Current Biology, ha permitido identificar una variante genética específica en el cromosoma X de los gatos naranjas. Se trata de una deleción de 5,076 pares de bases que no se localiza dentro de un gen, como suele ser habitual en las mutaciones que afectan al color del pelaje. Este hallazgo es relevante no solo para la comprensión de la genética de los gatos, sino también para el estudio de otros fenómenos genéticos en mamíferos. Los investigadores, liderados por Christopher Kaelin, han descubierto que esta mutación activa el gen Arhgap36 en las células pigmentarias, bloqueando la producción de pigmento negro y permitiendo la formación del color naranja.
Además, el estudio sugiere que esta mutación ocurrió en un solo evento durante el proceso de domesticación de los gatos y fue seleccionada en la cría. La singularidad de la mutación plantea interesantes cuestiones sobre cómo se pueden utilizar estos hallazgos para trazar la historia evolutiva de los felinos domésticos. Aunque todavía no se ha establecido una conexión entre esta peculiaridad genética y la personalidad de los gatos naranjas, el estudio abre la puerta a futuras investigaciones que podrían explorar asociaciones entre el color del pelaje y el comportamiento en estas mascotas.
