La presión sobre Big Oil crece ante la caída de los precios del petróleo y el temor por los dividendos

In Economía
mayo 23, 2025

Los precios del petróleo se mantienen cerca de máximos de dos semanas durante la jornada de trading del miércoles, apoyados por un acuerdo entre Estados Unidos y China para reducir temporalmente sus tarifas recíprocas, así como por la caída del dólar estadounidense. Este contexto, que refleja las tensiones y negociaciones en el ámbito global, pone de relieve la complejidad del mercado energético actual.

Una prolongada caída en los precios del crudo ha intensificado la presión sobre el compromiso de las grandes empresas petroleras con la distribución de efectivo a sus accionistas. Estas supermajors energéticas, que históricamente han buscado retornar efectivo a sus inversores a través de programas de recompra de acciones y dividendos, se enfrentan ahora a un panorama complicado, donde la viabilidad de estas estrategias se pone en entredicho.

A pesar de que los ejecutivos del sector energético han manifestado confianza en su capacidad para seguir recompensando a los inversores tras un primer trimestre relativamente robusto, algunos analistas se muestran menos convencidos. El jefe de investigación upstream en la consultora Rystad Energy, Espen Erlingsen, ha señalado que la reciente volatilidad del mercado ha dejado a las grandes empresas energéticas con «pocas opciones económicamente atractivas» para reinvertir, al tiempo que mantienen un marco competitivo de retornos de capital.

Desafíos en la sostenibilidad de los retornos a los accionistas

El panorama se complica aún más para las grandes petroleras, que han visto caer los precios del crudo más de un 12% en lo que va del año, impulsados por preocupaciones persistentes sobre la demanda y las políticas comerciales cambiantes del expresidente estadounidense Donald Trump. Erlingsen advierte que si los precios del petróleo se mantienen deprimidos, los ajustes en las estrategias de recompra podrían ser inevitables, siendo estas más flexibles que los dividendos.

En este contexto, se ha observado que la preocupación de los inversores sobre la sostenibilidad de los retornos de las grandes petroleras ha aumentado tras un año de pagos récord. Según Rystad, las recompensas totales a los accionistas de compañías como Shell, BP, TotalEnergies, Eni, ExxonMobil y Chevron ascendieron a impresionantes 119 mil millones de dólares en 2024, superando el récord anterior establecido en 2023. La proporción de pagos a accionistas, que representa los pagos a accionistas como un porcentaje del flujo de efectivo operativo, se disparó hasta el 56% el año pasado, muy por encima del rango habitual del 30% al 40% registrado entre 2012 y 2022.

Si los pagos a accionistas se mantuvieran en niveles de 2024 durante 2025, se estima que las empresas distribuirían más del 80% de su flujo de efectivo a los inversores, lo que plantea interrogantes sobre la viabilidad de tales estrategias a largo plazo.

En cuanto a las perspectivas de las empresas europeas, analistas del Bank of America anticipan recortes en estas devoluciones, especialmente para aquellas compañías con balances ya estirados. Hasta ahora, BP es la única de las grandes petroleras europeas que ha reducido su tasa de recompra, tras reportar una caída significativa en sus beneficios del primer trimestre y un aumento de su deuda neta.

Por otro lado, Lydia Rainforth, responsable de investigación de energía en Barclays, ha afirmado que el futuro de BP podría ser «realmente brillante», siempre que la compañía logre superar los próximos seis meses, un período crítico dado el aumento de su deuda y la caída de la producción esperada hasta mediados de 2026. La diversificación de su cartera y la reducción de deudas a través de la venta de activos, como su negocio de lubricantes, son estrategias que podrían ofrecer un alivio financiero significativo.

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