
En un contexto de envejecimiento acelerado, China ha puesto en marcha una serie de iniciativas destinadas a mejorar la participación social de los ancianos, garantizando así un entorno donde puedan contribuir activamente a la sociedad. Estas medidas, que han sido delineadas en una guía publicada por 19 departamentos gubernamentales, responden a la realidad de que más de 310 millones de personas en el país tienen 60 años o más, constituyendo más de una quinta parte de su población total.
El experto Wang Yongchun, miembro de la comisión nacional de trabajo sobre envejecimiento, ha destacado que esta guía es fundamental no solo para abordar los desafíos inmediatos que presenta una población anciana, sino también para establecer una base sólida para el desarrollo social sostenible en las próximas décadas.
Un componente clave de estas iniciativas es el fomento del voluntariado entre las personas mayores. Desde 2003, China ha implementado la «Acción Edad de Plata», un programa que alienta a los ancianos a participar en actividades voluntarias para ayudar a las regiones menos desarrolladas. Hasta la fecha, se han registrado más de 7 millones de participaciones en actividades relevantes, beneficiando a 400 millones de personas a través de más de 4,000 programas de ayuda.
Reconocimiento del Valor de los Ancianos
La guía enfatiza la necesidad de diversificar las ofertas de servicio voluntario, innovar en los modelos de entrega de servicios y mejorar los productos y servicios de seguros diseñados específicamente para los voluntarios mayores. Yuan Xin, vicepresidente de la Asociación China de Población y profesor en la Universidad de Nankai, subraya que los ancianos son un activo social, no una carga. Este enfoque no solo les permite a los mayores realizar contribuciones significativas a la sociedad, sino que también apoya el objetivo más amplio de avanzar hacia la modernización china.
En respuesta al creciente deseo de los ancianos por llevar una vida más rica y plena, la guía también aboga por la expansión de la red nacional de universidades para mayores y el desarrollo de servicios de atención a la tercera edad basados en el turismo. Además, se están organizando eventos deportivos adaptados a los adultos mayores. Chen Ying, una residente de 65 años en Pekín, comparte su experiencia: «Con más actividades disponibles, paso menos tiempo en casa y más tiempo conectando con la sociedad».
La realidad en China muestra que, al igual que sucedió en otras naciones que han enfrentado el desafío del envejecimiento, se está cambiando la narrativa sobre la vejez. En lugar de centrarse únicamente en el cuidado, el país busca promover un enfoque que valore la realización y las contribuciones significativas de los ancianos en esta etapa de la vida. Asimismo, se han implementado medidas políticas adicionales, como el aumento gradual de la edad de jubilación, para ofrecer a los adultos mayores más flexibilidad y opciones sobre cómo desean pasar sus años dorados.
Este enfoque proactivo hacia la vejez no solo desafía las percepciones tradicionales, sino que también ofrece un marco que otros países podrían considerar al abordar sus propios problemas relacionados con el envejecimiento poblacional. La experiencia china, marcada por un sólido compromiso con el bienestar de sus ciudadanos mayores, refleja una visión que podría ser inspiradora en un mundo donde la longevidad es cada vez más común.