
La próxima vez que los astronautas pisen la Luna, el mundo podrá disfrutar de una transmisión de alta definición. Con una calidad de vídeo superior a la de las misiones Apollo, la nueva transmisión será digital, a color y alcanzará hasta 60 fotogramas por segundo. Sin embargo, los profesionales del vídeo se enfrentarán a desafíos significativos en el entorno lunar, como la limitación de ancho de banda, los retrasos en la señal, la luz de la luna y el omnipresente polvo lunar.
A medio siglo de la histórica llegada del ser humano a la superficie lunar, los expertos en comunicaciones espaciales se preparan para ofrecer la mejor cobertura posible de este momento épico. Se busca dejar atrás las icónicas imágenes granuladas de la década de 1960, elevando la apuesta para cumplir con los objetivos científicos y satisfacer a un público ansioso por imágenes impactantes.
Preparativos para la realidad lunar
La Agencia Espacial Europea (ESA) y el Centro Alemán de Aeronáutica y Astronáutica (DLR) llevaron a cabo una simulación de caminata lunar en el centro LUNA en Alemania, con el objetivo de usar estas imágenes como referencia para futuras operaciones en la superficie lunar. Durante esta prueba, los astronautas simularon la salida de un módulo de aterrizaje, exploraron la superficie lunar e incluso se tomaron un «selfie lunar» para capturar el reflejo en el visor de su casco.
Este ejercicio no pretendía generar imágenes falsas de la Luna, sino desarrollar clips de prueba realistas que minimicen el uso del ancho de banda durante las transmisiones lunares. Los expertos trabajaron en escenas simples y otras más dinámicas, conocidas como «matadores de codificadores».
Las agencias espaciales y las empresas utilizan imágenes para compartir sus logros en la exploración con el público. La mayoría de los vídeos de lanzamientos y de la Estación Espacial Internacional son comprimidos antes de ser almacenados o retransmitidos a la Tierra. Para asegurar la calidad y la compatibilidad, expertos de 28 naciones participan en el Comité Consultivo para Sistemas de Datos Espaciales (CCSDS), donde discuten diferentes tipos de codificación y transmisión.
Este equipo multinacional se enfrenta al reto de recibir imágenes de alta calidad a través del limitado ancho de banda disponible desde la Luna. La colaboración permite a científicos, ingenieros y equipos de imagen tener expectativas comunes antes de que un cohete despegue.
Desafíos de la transmisión lunar
La transmisión de vídeo desde la Luna no es tan sencilla como subir un vídeo a YouTube. Las principales limitaciones son el tamaño y el consumo de energía de los equipos. Los dispositivos lunares deben ser ligeros, energéticamente eficientes y resistentes a las variaciones extremas de temperatura. A pesar de que existe la capacidad para transmisiones de alta velocidad, el tamaño y peso de los transmisores hacen que sean poco prácticos para volar.
Las misiones Apollo utilizaban frecuencias de microondas que requerían 20,000 vatios de energía para enviar señales a la Luna. Sin embargo, los módulos de comando y lunar tenían antenas pequeñas y un transmisor que solo emitía 20 vatios. Para compensar, las grandes antenas de la Red de Espacio Profundo en la Tierra seguían la trayectoria hacia la Luna.
Otro desafío es el retraso en la señal, que tarda 1.3 segundos en viajar desde la Luna hasta la Tierra. El programa Moonlight de ESA busca colocar una constelación de cinco satélites lunares, uno de ellos destinado a comunicaciones de alta tasa de datos, en órbita alrededor de la Luna, mejorando así los enlaces de comunicación entre la Luna y la Tierra.
Con más de dos décadas de experiencia en el procesamiento y edición de imágenes espaciales, Melanie Cowan, representante de ESA en el grupo de trabajo CCSDS sobre imágenes en movimiento y aplicaciones, destacó la singularidad de experimentar el entorno simulado del campo lunar. «Era un desafío especial filmar y fotografiar en este entorno surrealista», afirmó.