
Un nuevo estudio publicado por el Instituto de Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-INWEH) pone de manifiesto una preocupante tendencia en el aumento de incendios urbanos devastadores, tomando como ejemplo los incendios en Los Ángeles de enero de 2025, que se presentan como eventos que antes ocurrían una vez por generación.
Los incendios Palisades y Eaton, que iniciaron el 7 de enero de 2025, arrasaron casi 16,250 estructuras y expusieron directamente a aproximadamente 41,000 personas, situándose como los segundos y terceros incendios más destructivos en la historia de California. La rápida propagación de las llamas en áreas urbanas de Los Ángeles, impulsada por condiciones de sequía severa y poderosos vientos de Santa Ana, resultó en la trágica pérdida de 29 vidas y un desplazamiento masivo de la población, lo que subraya los riesgos crecientes asociados al desarrollo humano en zonas propensas a incendios.
Factores Contribuyentes y Recomendaciones
El Dr. Mojtaba Sadegh, líder de Análisis Climático y de Incendios Forestales en UNU-INWEH y autor principal del estudio, señala que la baja tasa de supervivencia de los edificios afectados se debe a la interacción de factores climáticos y decisiones humanas. Aunque las áreas quemadas no eran excepcionalmente grandes, la porción significativa que impactó en zonas urbanas llevó a un alto nivel de destrucción. Entre los principales factores identificados se encuentran el crecimiento de la vegetación seguido de condiciones secas (lo que se denomina «whiplash hidroclimático»), vientos de Santa Ana intensos y la ignición provocada por el ser humano durante condiciones climáticas críticas.
El análisis propone varias recomendaciones fundamentales para hacer frente a estas amenazas crecientes. Estas incluyen priorizar políticas que reduzcan las igniciones provocadas por el ser humano, especialmente en condiciones meteorológicas de alto riesgo; fomentar la preparación comunitaria y la creación de espacios defensibles en la interfaz urbano-silvestre; implementar una gestión de vegetación ecológicamente adecuada para reducir las cargas de combustible; invertir en tecnologías avanzadas para la detección, predicción y supresión temprana de incendios; y establecer regulaciones de zonificación más estrictas que promuevan un diseño resistente al fuego.
El profesor Kaveh Madani, director de UNU-INWEH y coautor del estudio, advierte sobre la complejidad de desastres como los incendios de Los Ángeles, instando a los analistas a evitar una visión reduccionista que atribuya la culpa a un solo factor, como el cambio climático o decisiones de gestión deficientes. Esta forma de pensar, según él, puede conducir a malas decisiones y recomendaciones de políticas ineficaces.
El estudio, que se basa en datos satelitales y poblacionales, destaca que más de la mitad de las personas expuestas directamente eran adultos en edad laboral, seguidos de menores y ancianos. Los incendios de enero de 2025 en Los Ángeles son un recordatorio urgente de la necesidad de implementar medidas proactivas para proteger a las comunidades vulnerables en una era marcada por eventos climáticos extremos cada vez más frecuentes.
Más información: Mojtaba Sadegh et al, January 2025 Los Angeles Wildfires: Once-in-a-Generation Events Now Happen Frequently, (2025). DOI: 10.53328/INR25MOS003
collections.unu.edu/eserv/UNU: … e_Mojtaba_Sadegh.pdf