
Un reciente hallazgo en Jerusalén ha proporcionado una nueva perspectiva sobre la historia de la ciudad, que hasta ahora carecía de evidencia arqueológica durante el Período Helenístico Temprano, que abarca desde el 332 hasta el 141 a.C. Este descubrimiento se produjo en el Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén, donde los excavadores desenterraron dos anillos de oro de tamaño infantil, adornados con brillantes gemas rojas. La buena conservación de estas piezas llevó inicialmente a los arqueólogos a pensar que podrían ser modernas, pero se ha confirmado que tienen alrededor de 2,300 años de antigüedad.
Los investigadores creen que estos anillos fueron enterrados intencionadamente por jóvenes mujeres como parte de un ritual de transición hacia la adultez, que precede a la ceremonia del matrimonio. Este hallazgo, junto con otros objetos encontrados en el mismo sitio, está comenzando a ofrecer una imagen más detallada de una época de significativa influencia griega en la historia de Jerusalén. A medida que continúan las excavaciones, se espera que se revelen más detalles sobre las costumbres y la vida cotidiana de sus antiguos habitantes.
Otros descubrimientos recientes en el ámbito científico
En un ámbito más amplio, los científicos han estado investigando la composición de la Tierra y los metales preciosos que pueden estar emergiendo de su núcleo. Un análisis reciente de rocas volcánicas en Hawái ha sugerido que el oro y otros metales preciosos, como el platino, están escapando hacia la superficie de la Tierra a medida que se forman las islas volcánicas. Este fenómeno podría significar que una mayor cantidad de metales preciosos podría estar disponible en la corteza terrestre si el núcleo metálico de la Tierra sigue filtrándose.
Además, en el ámbito de la exploración espacial, la novena prueba de vuelo del Starship de SpaceX, el cohete más potente jamás construido, se llevó a cabo recientemente. Aunque logró avanzar más que en pruebas anteriores, la misión no alcanzó algunos de sus objetivos clave, como el despliegue de satélites y la reactivación de sus motores en el espacio. Estos eventos, tanto en la Tierra como en el espacio, subrayan la continua búsqueda de conocimiento humano, tanto en el ámbito de la arqueología como en el de la ciencia y la innovación tecnológica.