El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado sobre un ataque exitoso contra un sitio de lanzamiento de drones de largo alcance en la región nororiental de Járkov, Ucrania. Según la declaración oficial, el ataque resultó en la destrucción de más de 30 drones kamikaze y ocho vehículos militares, así como de todas las plataformas de lanzamiento en la zona.
El ataque fue llevado a cabo utilizando un sistema de misiles balísticos Iskander-M, y el ministerio ha publicado un video que muestra la explosión en el área cercana al aeródromo donde se encontraban las instalaciones atacadas. Este suceso se produce en un contexto de creciente tensión, con informes de ataques con drones en varias regiones de Rusia durante el mismo día.
Operaciones de Drones y Respuesta Rusa
Las autoridades rusas han señalado que, de los cinco ataques registrados, tres fueron repelidos con éxito, sin causar daños significativos. Sin embargo, dos de los ataques resultaron en incendios en aeronaves, aunque las llamas fueron rápidamente controladas y no se reportaron heridos. En la región siberiana de Irkutsk, se llevó a cabo un primer ataque de drones que tuvo como objetivo una base militar, aunque las autoridades afirmaron que no hubo víctimas ni daños materiales importantes.
Este aumento en las operaciones de drones se enmarca dentro de lo que los medios ucranianos han denominado ‘Telaraña’, una operación que, según afirman, ha sido planificada durante más de un año y medio. La situación se complica aún más tras el colapso de dos puentes en regiones rusas limítrofes con Ucrania, incidentes que han sido calificados por las autoridades como actos de sabotaje deliberado. Uno de estos colapsos provocó el descarrilamiento de un tren de pasajeros, resultando en la muerte de siete personas y dejando a 71 heridos. El Comité de Investigación ruso ha atribuido la responsabilidad de estos actos a Kiev.
La escalada de ataques y contraataques entre ambos países subraya la complejidad del conflicto en curso, que continúa afectando a la población civil y a las infraestructuras críticas de ambas naciones. La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos acontecimientos, que podrían tener repercusiones significativas en la estabilidad de la región.
