El pasado marzo, el cantante estadounidense Morgan Wallen, tras su actuación musical en el programa Saturday Night Live, sorprendió a la audiencia al abandonar el escenario de forma abrupta. Con su característico sombrero de camionero, Wallen agradeció al presentador Mikey Madison y se dirigió rápidamente hacia la salida, lo que generó un aluvión de memes y reacciones en redes sociales. Su posterior publicación en Instagram, donde compartió una fotografía de un avión con la frase “Llévame al país de Dios”, avivó aún más el debate sobre su actitud, suscitando preguntas sobre si su comportamiento era una muestra de desagradecimiento o una simple reacción ante la cultura de celebridades de Nueva York.
A pesar de esta controversia, Wallen no solo ha mantenido su popularidad, sino que la ha incrementado notablemente. Su más reciente álbum, I’m the Problem, lanzado el 16 de mayo, ha alcanzado el primer puesto tanto en las listas de álbumes como de canciones en Estados Unidos. Este disco, que incluye 37 temas, ha conseguido que cada una de sus canciones figure en la lista Billboard Hot 100, estableciendo un nuevo récord. Su sencillo más reciente, “What I Want”, en colaboración con Tate McRae, tiene la posibilidad de convertirse en la “Canción del Verano” por tercer año consecutivo.
Wallen ha enfrentado críticas en el pasado, especialmente en 2021, cuando fue objeto de controversia por el uso de un insulto racial. En su disculpa, pidió a sus fans que no lo defendieran, alegando que se encontraba en un estado de embriaguez. Además, en 2024, se declaró culpable de cargos de comportamiento imprudente tras un incidente en el que lanzó una silla desde un tejado. Su primera aparición programada en SNL en 2020 fue cancelada por violar las normas de seguridad durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, a pesar de estos tropiezos, Wallen ha logrado no solo sobrevivir a los intentos de “cancelación”, sino prosperar, convirtiéndose en una figura aún más relevante en la música actual.
El periodista de música country Marcus K. Dowling, en declaraciones a Yahoo Entertainment, enfatiza que la capacidad de Wallen para atraer a un amplio público se debe a su talento. A su juicio, es el artista de crossover en la música country más exitoso desde Garth Brooks. “Si las canciones no fueran buenas, no habría un debate. Pero es un tema porque cada vez que lanza un álbum, hay un sector de la población que desea que no tenga éxito”, explicó Dowling. La calidad de su música, bien producida y con letras de alto nivel, ha hecho que su popularidad no disminuya a pesar de su polémica.
Wallen ha demostrado ser un artista prolífico, lanzando numerosos sencillos en los últimos cinco años y dominando la conversación cultural. Esto, según Dowling, lo convierte en un «avatar de un género y un movimiento cultural». Su imagen de “chico malo” resuena especialmente entre los jóvenes, quienes se identifican con las letras de sus canciones que abordan temas de relaciones fallidas y la vida moderna. Recientemente, Wallen organizó el primer festival musical “Sand in My Boots” en Gulf Shores, Alabama, el mismo fin de semana de lanzamiento de su álbum, agotando las 40,000 entradas en solo dos horas.
La música de Wallen ha encontrado un lugar destacado en las jukeboxes de TouchTunes en todo el país, donde ha acumulado casi el doble de reproducciones que el segundo artista más popular en 2025. Su música resuena especialmente en ciudades como Chicago, donde su popularidad es notable. Nathan Green, CEO de New Level Radio, destaca que la voz distintiva y emocional de Wallen, junto con sus letras sobre relaciones tóxicas y los desafíos de la vida, lo hacen auténtico y cercano a su público.
El estilo de Wallen, que fusiona el country tradicional con un toque moderno de pop, le permite atraer tanto a oyentes jóvenes como a fanáticos más tradicionales. Atlanta Cobb, consultora de música, también subraya que su capacidad para moverse entre diferentes géneros ha contribuido a su éxito. “Cuando se combina la dominación en la radio con la viralidad en TikTok, se tiene la combinación perfecta para convertirse en el artista del verano”, afirma Cobb, resaltando la estrategia de lanzamiento de Wallen al introducir temas emotivos y pegajosos justo antes de la temporada estival.
Sin embargo, el pasado polémico de Wallen no se olvida fácilmente. A pesar de sus controversias, sus seguidores parecen dispuestos a perdonar sus errores, viéndolo como un sobreviviente de la cultura de la cancelación. Amy Crawford, vicepresidenta de desarrollo creativo en la agencia MassiveMusic, opina que su nuevo álbum, titulado I’m The Problem, es un reflejo de su marketing y de cómo su base de fans apoya su redención. La ambivalente percepción que genera Wallen en la sociedad refleja, en cierta medida, las dinámicas políticas actuales, donde la resiliencia se valora por encima de los errores del pasado.
La música de Wallen, a pesar de las controversias, logra captar la atención del público, tal como lo indica Dowling. «Si presionas ‘play’, no importa lo que pienses de esta persona, lo más probable es que disfrutes de su música». Su capacidad para conectar con el oyente, independientemente de la opinión que se tenga sobre su persona, es lo que lo mantiene en el centro de la conversación cultural actual.
